Vitagenes: ADN al alcance de la mano

Vitagenes apareció en todos los medios de comunicación a principios de la semana por el lanzamiento de su primer producto comercial: un test que, mediante muestras de saliva, podría medir la predisposición genética a la obesidad, artritis reumatoide, enfermedades cardiovasculares, diabetes, trombosis y glaucoma. Este trabajo, que lleva años de investigación detrás, ha sido pionero en Europa porque el WellnessAge no se usa y tira, sino que la firma recoge los datos y ofrece tratamientos y seguimientos individualizados para prevenir las afecciones con riesgo de padecer.

Con este trabajo, Vitagenes pone pie en el mercado. Y muchas coincidencias le auguran un futuro prometedor: apoyo de las instituciones públicas -Gobierno central, Junta y Universidad de Granada (UGR)-, juventud de la plantilla y área de trabajo, la ciencia de la salud, un sector históricamente sólido ante los vaivenes cíclicos de la economía.

El director de I + D, José Luis Mesa, recuerda cómo nació la empresa: «Éramos tres estudiantes que estábamos cursando el doctorado de Medicina. En 2005, nos dieron una beca de un año en Cambridge (Inglaterra). Durante ese tiempo nos dimos cuenta de que lo más importante de la investigación médica es trasladar los conocimientos a la población. Esa estancia nos abrió los ojos». Los tres jóvenes regresaron de Inglaterra y se pusieron manos a la obra; armaron su proyecto de empresa y se lo presentaron a la Consejería de Innovación, que le vio buenas posibilidades desde el principio y, por eso, le dio un espacio en el vivero de empresas del edificio BIC, del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud. Hoy día, la plantilla cuenta con ocho investigadores, más el asesoramiento externo de una veintena de expertos, entre los que se encuentran la especialista en inmunonutrición del CSIC Julia Wärnberg y el director de la división Metabolismo y Obesidad del centro australiano Baker IDI Heart and Diabetes Research Institute, Mark Febbraio.

Mesa se muestra ilusionado con el WellnessAge. Su gran ventaja respecto a otros test radica en que el cliente, tras utilizarlo, recibe un estudio pormenorizado de los resultados y consejos sobre hábitos más saludables para contrarrestar los riesgos genéticos. Cada tres meses, el cliente deberá enviar un formulario para informar sobre sus cambios de estilo de vida o actividades que practica.

El producto y todo el seguimiento cuesta 495 euros, gastos incluidos. No mucho si se tiene en cuenta que resulta «una inversión para toda la vida», como afirma Mesa. Aclara, asimismo, que está orientado a «todo tipo de personas»; «no hace falta que se esté enfermo». En una primera etapa, el nuevo producto se venderá sólo en España, principalmente por internet mediante tarjeta de crédito o transferencia bancaria.

El responsable de I+D puntualiza que todos los datos genéticos procesados son totalmente confidenciales, por lo que ninguna tercera parte podrá visualizarlos sin la autorización expresa del cliente.

Fuente: La Opinión de Granada (18/05/2009)