Quiero emprender, ¿cuánto dinero necesito?

El paro ha caído. Según los últimos datos que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha sacado a la luz, el paro baja en 118.923 personas en el mes de abril. Es posible que alguna de esas personas que han dejado atrás una situación de desempleo se hayan decantado por crear su propio trabajo, es decir, por emprender.

La Estadística de Sociedades Mercantiles que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que durante febrero se crearon 8.712 sociedades. Más de ocho mil nuevos negocios que buscan el éxito empresarial, más de ocho mil proyectos que comenzaron a materializarse. Pero para que empiecen a rodar hay que pensar en muchos aspectos.

Uno de los puntos más importantes que se plantean cuando se quiere iniciar un proyecto así es la financiación. A menudo suele ser el momento clave y determinante que limitará o dará alas al proyecto. Afortunadamente, hoy día son más las vías de financiación, pudiendo elegir entre financiación tradicional basada en créditos o préstamos a través de entidades bancarias o bien acudiendo a las 3F’s –Family, Friends and “Fools”, es decir, familia, amigos y “locos”-.

Hay que tener muy claro que no se puede ir a solicitar financiación sin que se pueda demostrar la viabilidad del proyecto, ya que nadie querrá prestar o invertir su dinero en un negocio que no tiene a priori ciertas garantías de éxito. Para ello es indispensable elaborar un buen plan de negocio.

¿Cuánto dinero necesita mi negocio?

Se puede decir que no hay una respuesta a la pregunta del titular, al menos para darla genéricamente. Todo dependerá del tipo de negocio, de las necesidades del mismo, del personal a contratar, de si se necesita alquilar un local, maquinaria, de los proveedores, etc.

Pero hay que ser muy conscientes del dinero que realmente se necesita, ya que solicitar financiación de menos será un impedimento y solicitar de más supondrá pagar por una financiación que el proyecto no requería, lo que encarece los costes notablemente. Es por tanto el momento de hacerse tres preguntas para concretar cuánto dinero necesita el negocio.

¿Qué necesidades de financiación tiene el negocio? Habrá que analizar si se cuenta con recursos propios para aportar, lo ideal es que en caso de solicitar financiación a una entidad bancaria, podamos aportar el 20% o 30% de la cantidad que se vaya a solicitar. Hay que realizar un estudio lo más preciso posible sobre qué es lo que necesitamos y poder así estimar qué cantidad se necesite. Si se trata de una compañía online o una start up, las necesidades de financiación por lo general son menores ya que operan a bajos costes, pero si se trata de un negocio en el que se necesite comprar o alquilar maquinaria, comprar materia prima o alquilar un local, la inversión inicial será mayor.

¿Qué opciones hay en el mercado para financiar mi negocio? Habrá que estudiar qué vías de financiación son a las que según el tipo de negocio se puede acceder. Financiación bancaria, recursos ajenos, recursos propios, business angels, crowdfunding, préstamos participativos, subvenciones, créditos ICO… muchas son las opciones y habrá que escoger aquella que mejor se adapte a nuestro modelo de negocio.

¿Cuánto control quiero tener sobre mi negocio? Al hilo de la pregunta anterior surge esta otra ya que dependiendo del tipo de financiación que se elija se tendrá un mayor o menor control del negocio. También hay que dar respuesta a la pregunta. Si se obtiene la financiación a través de un inversor se perderá parte del control de la empresa ya que el inversor viene a ganar dinero, si se elige la financiación bancaria el control es tuyo.

Las perspectivas en relación a la financiación de empresas son positivas. Según la Encuesta Semestral del Banco Central Europeo sobre el acceso a la financiación de las empresas en el área del euro (EAFE), hay una mejoría en la percepción de las pymes respecto al acceso a la financiación bancaria gracias a los indicios de recuperación económica y a la moderación en el endurecimiento de las condiciones de los préstamos.

Fuente: Cinco Días (11/05/2015)