Ocho razones por las que el sistema de franquicias crece a pesar de la crisis

La destrucción de empleo que trajo consigo la crisis y el interés de muchas marcas por crecer replicando sus negocios han actuado como perfectos revulsivos para la franquicia en España. Al contrario que otros sistemas de negocio, éste ha logrado mejorar sus cifras de redes operativas, establecimientos abiertos, empleos generados y ventas. Sólo en 2014, esos crecimientos han sido del 10,3, 8, 2,8 y 0,5%, respectivamente. 

Si antes de la crisis la franquicia estaba asociada a grandes inversiones, las turbulencias económicas y la ausencia de crédito bancario llevaron a muchas enseñas a apostar por rebajar sus expectativas y exigencias económicas. «La coyuntura desfavorable ha provocado el aumento del número de parados, y como consecuencia directa estos han buscado alternativas para retornar al mundo laboral», apunta Eduardo Abadía, director ejecutivo de la Asociación Española de Franquiciadores.

1. El interés de nuevas marcas en franquiciar

Durante la crisis, muchas han sido las enseñas que han apostado por la franquicia para crecer. Máxime cuando han comprobado que los interesados en unirse a una red franquiciadora aumentaban. Ante ese escenario, además de los nuevos actores también ha habido muchos de los antiguos franquiciadores que han optado por ofertar franquicias más baratas, con una inversión inicial más baja.

2. Otro perfil de emprendedor que quiere ser franquiciado

Además del inversor puro y duro que deposita su capital en un proyecto empresarial, la crisis ha reinventado el concepto del franquiciado. Algunos lo han sido por voluntad propia, pero muchos otros por pura necesidad, al buscar en la franquicia una solución de autoempleo.

3. El abaratamiento de los alquileres comerciales

El cierre de miles de negocios durante los años más duros de la crisis transformaron el mercado inmobiliario, abaratando el precio de los alquileres comerciales. De ese ajuste se beneficiaron tanto los ubicados a pie de calle como en centros comerciales.

4. Se puede capitalizar el paro

Muchos desempleados se han unido a una franquicia gracias a haber podido recuperar de una sola vez sus meses acumulados de prestación por paro. Algo posible si se demuestra que servirá para invertir en una oportunidad laboral.

5. Ser tu propio jefe y convertirte en empresario

Si bien es cierto que el franquiciador es el dueño de la enseña, el franquiciado, a la hora de adherirse a una red, se convierte en empresario independiente y es su propio jefe, encargándose de la gestión de su negocio pero contando con el respaldo de una marca franquiciadora.

6. Sinergias y apoyo

Según los expertos, lo más duro cuando se pone un negocio en marcha es tener que andar el camino empresarial solo. Sin embargo, con la franquicia se pertenece a una red, hay sinergias entre todos los que la componen, economías de escala y apoyos por parte de la central.

7. El franquiciado minimiza sus riesgos

Empezar con una marca reconocida es mayor garantía. La razón es que su negocio ya ha sido testado por el franquiciador y va más seguro. Además, usa las economías de escala, lo que supone mercancía más barata y un público objetivo mucho mayor.

8. El franquiciador maximiza los rendimientos

El franquiciador aumenta sus beneficios, con los cánones de entrada y los royalties, a medida que nuevos emprendedores se unen a su red, y cuanto más dinero se acumule más podrá difundir la imagen de su marca, dar a conocer sus productos.

Fuente: El Economista (11/05/2015)