Moclín atrae cada vez a más turistas El municipio cuenta con uno de los patrimonios históricos más importantes de la provincia de Granada y con un entorno privilegiado

Moclín parece uno de esos lugares en los que el tiempo se ha detenido. Sus plazas, sus calles, sus casas parecen respirar por sí solas, forman un conjunto integrado en un entorno natural que impresiona cuando se echa un vistazo al frente.

El camino hacia el pueblo ya empieza a dar pistas de lo que habrá al final y cuando por fin llegas al destino las cuestas empinadas van guiando por un entramado urbano complejo, aunque pequeño, todo vigilado desde el castillo, símbolo y seña del municipio.

Para muchos el Cristo del Paño, considerado milagroso, es el reclamo que ha dado a conocer Moclín por toda la provincia. Las fiestas en su honor congregan a miles de personas cada año, pero el resto de los días, el pueblo transmite sosiego, uno de esos rincones en los que casi se puede escuchar el silencio.

Para sus vecinos es precisamente la tranquilidad lo que más aprecian de su pueblo. Fina lleva toda la vida en estas calles, allí se crió ella y su familia y asegura que no lo cambiaría por nada. «Los jóvenes se van para estudiar o simplemente porque buscan un sitio donde haya más movimiento, pero para nosotros no hay nada mejor», asegura mientras charla en la plaza del pueblo con una vecina, Teresa. Ella reside en Limones, una de las pedanías del municipio de Moclín, desde hace más de tres décadas y habla con pasión de cada uno de los rincones del pueblo. El Castillo, la romería del Cristo del Paño o simplemente las plazas en las que parar a descansar tienen para ella un significado especial.

La hospitalidad se respira entre los vecinos, no ha habido muchos cambios. Casi todos se siguen conociendo y se nota en el ambiente esa confianza y esa amistad de pueblo, de la que ya resulta muy difícil de encontrar en los lugares más grandes, donde casi nadie conoce a nadie.

Los olivos que rodean Moclín son para la mayoría de sus habitantes la principal fuente de ingresos. La construcción tuvo un auge considerable durante algunos años, pero el campo vuelve a ocupar el primer lugar en el desarrollo y la economía no sólo de Moclín sino también de sus pedanías: Puerto Lope, Tiena, Tózar, Olivares o Limones.

Sin embargo un lugar con tantos recursos, tanto naturales como de patrimonio histórico y cultural, ha visto que el turismo rural puede ser una vía de importante desarrollo, una línea alternativa al campo, que contribuye a un auge de los servicios y en definitiva a la revitalización del pueblo. Y es que sin romper con su ambiente apacible, siempre es positivo para un municipio de estas características que, además de moclineños, paseen por sus calles forasteros con ganas de conocer y de disfrutar del lugar.

El senderismo se convierte en una de las apuestas en este sentido. Desde el Consistorio tienen previsto la realización de rutas para potenciar esta faceta y atraer cada vez a más visitantes, lograr que los milagros de su Cristo no sean su único reclamo. Junto a ello y en la misma línea, la puesta en valor de la fortaleza del siglo XIII, construida sobre un elevado monte para proteger desde allí la Vega de Granada, pretende convertirse en un lugar de obligada visita para los que quieran conocer la provincia.

La llegada del verano llena las calles de este pueblo, de moclineños de vuelta y de visitantes curiosos, que disfrutan de sus tradiciones y de sus paisajes, porque si algo queda claro cuando se pasa por Moclín es que se trata de un lugar bonito.

Fuente: Granada Hoy (25/05/2010)