Los terminales de pago en comercios vuelven a crecer a los ritmos precrisis

La reanimación del consumo parece encarrilada y el comercio recupera fuelle poco a poco. Si el INE confirmaba que su facturación tocó suelo en julio del año pasado para trazar a continuación una senda ascendente que, con la campaña navideña, permitió incrementar los ingresos un 5,6% al cierre de 2014, las estadísticas del Banco de España sugieren aperturas y relanzamientos de negocios.

Según datos recientes del supervisor, el parque de terminales de pagos con tarjeta se incrementó un 6,65% el ejercicio pasado, gracias también a un fin de año frenético en la instalación de nuevos equipos. Sube por vez primera casi desde 2008 -con la excepción del ligero repunte del 0,41% en 2010- y con la fuerza de épocas previas a la crisis, cuando la frecuente inauguración de locales y empuje de nuevos proyectos fomentaba la puesta en marcha de terminales.

No es una reversión completa aún puesto que en el periodo comprendido entre los ejercicios 2008 y 2013 se habían extinguido 235.231 aparatos o el equivalente al 15,10% de la red existente, a raíz de la propia mortandad de empresas. Hasta que el pasado año firmó el quiebro. El parque volvió a engordar en 87.880 TPV y se alcanzaron los 1,41 millones de equipos desplegados. Aún lejos de los casi 1,56 millones máximos instalados seis años atrás, aunque se ha dado la vuelta con una progresión notable en comparación con la destrucción del 11,98% de red el año previo.

Más plásticos a crédito

Si durante la crisis algunos establecimientos repudiaban los pagos de sus clientes con tarjeta para ahorrarse la comisión bancaria e, incluso, interrumpían el servicio, la mejor coyuntura favorece su aceptación para no perder ventas. Con las mejores perspectivas y la recuperación de la confianza en las familias sus compras despegan con énfasis especial en tiendas online donde triunfa la búsqueda de gangas o productos ya inexistentes en los establecimientos físicos.

Y de su mano confluye una decidida estrategia de los bancos en el mundo de los medios de pago, cuyos réditos atraen cada día además a más especialistas e, incluso, a firma nativas de internet, interesadas en tramitar pagos a cambio de comisiones. La apuesta no ha calado, sin embargo, en la expedición de un mayor número de plásticos en favor de clientes. El censo total se redujo, de hecho, un 3%, con 67,66 millones de unidades en circulación. Eso sí apenas desciende un 0,05% los dispositivos con posibilidad de financiar las compras a plazos o de crédito; mientras que el los de solo débito menguan un 7,82%, el mayor ajuste en la historia del dinero de plástico y pese a la predilección del ciudadano por pagar con cargo directo a la cartilla para ahorrarse intereses. En seis años, las unidades con posibilidad de crédito suben del 58,66 al 63,91% mientras caen de 41,32 al 36,07% las emitidas a débito, si bien las primeras permiten ambas funciones en el mismo dispositivo.

Más de 100.000 millones

La crisis, el auge de las compras de productos y servicios en tiendas por internet y el cargo de nuevas comisiones cuando se usa el plástico para sacar dinero en cajeros ha beneficiado al pago directo. Por vez primera, las operaciones de compra en tiendas rebasaron los 100.000 millones de euros el pasado ejercicio -en concreto, se sufragaron artículos y servicios por importe de 105.854 millones, suma un 7,43% superior al año previo-.

Un indicador del cambio de hábitos es que se tiró de tarjeta en un 8,54% más de ocasiones. Hay que remontarse a 2008 para encontrar un empuje similar y fue de 8,48%. Pero sobre todo contrasta con el ligerísimo avance del 0,45% en número de operaciones de retirada de fondos en cajeros automáticos. En importe subió el 2% y aún supera el pago directo, pues se extrajeron 111.404 millones de euros.

Fuente: El Economista (30/03/2015)