Los pescadores crean su propia empresa para vender mejor las capturas de Motril

Este lunes el proyecto ‘Aguas litorales limpias y solidarias’ llegó oficialmente a su fin. Después de un año previo de estudios y otro año de ejecución, este proyecto pionero ha logrado que los pescadores motrileños limpien el mar sacando la basura de los fondos con sus propias redes, ha implantado un sistema de gestión integral de residuos en el puerto de Motril -que ya es el espejo en el que se miran los puertos de toda España- y ha donado más de 19.600 kilos del pescado de las especies que no obtienen buen precio en la lonja al Banco de Alimentos, que lo ha repartido entre necesitados de toda la provincia. El proyecto, diseñado por la cátedra RELEC de la Universidad de Cádiz y financiado con 231.540 euros de fondos europeos para la pesca gestionados por la Junta a través del Grupo de Desarrollo Pesquero de Motril, ha sido un éxito. Y ahora, el engranaje de todas las iniciativas puestas en marcha y el sistema de reciclaje diseñado específicamente para el puerto motrileño seguirá funcionando para siempre. Se acaba la financiación con la que arrancó el proyecto pero continúan las iniciativas que ha implantado y también su espíritu permanecerá porque algo ha cambiado para siempre en los propios pescadores motrileños. Este proyecto les ha elevado su autoestima, les ha hecho ver su importancia como sector y les ha concienciado ambientalmente hasta el punto de que van a seguir trabajando por amor al arte para limpiar los mares, porque sí, porque se lo creen. Así lo explica el patrón mayor de la Cofradía de pescadores de Motril, Ignacio López.

 

«El proyecto con financiación se acaba pero esto ya no se para. Lo hacemos por convencimiento. La percepción social de los pescadores ha mejorado, antes nos conocían menos y ahora sabemos que contamos mucho en la sociedad», reivindica López. El patrón mayor de la cofradía y el director científico, Enrique Montero, profesor de la Universidad de Cádiz, son los padres de este proyecto y han trabajado codo con codo para hacerlo realidad. Montero recuerda que uno de los objetivos principales que se plantearon era, precisamente, cambiar la imagen negativa que tenían los pescadores, como ‘depredadores’ de los mares. También impulsar iniciativas que ayuden al sector pesquero granadino -que ha perdido la mitad de su flota en el último año- a superar la profunda crisis económica que soporta. Y de este trabajo conjunto han surgido iniciativas que tienen ilusionados a los pescadores y que pueden ser el germen de un futuro que mejore las expectativas para el sector.

Así, al calor de este proyecto, ha surgido la idea de que los propios pescadores de Motril se unan para comercializar el pescado y hacerlo llegar más lejos. Y es que el gran handicap de las capturas es que son un producto perecedero, que hay que vender en la subasta de la lonja al mejor postor y a un precio que -si se ponen de acuerdo- pueden controlar a la baja el reducido número de compradores que acude a la lonja y pulsa el botón de la subasta. El proyecto ha concienciado ahora a los propios pescadores de que pueden tener más poder de decisión sobre la venta de su pescado y mejorar su comercialización para mejorar también su calidad de vida.

Paso a paso

El objetivo más ambicioso era crear una cooperativa que agrupe a todos los pescadores y que sean ellos los dueños y señores de toda la cadena, desde la captura en el mar hasta la venta del pescado. Pero hay que ir paso a paso. Por el momento hay avances pequeños pero importantísimos, en tanto que suponen que, por primera vez, los pescadores de Motril se unan para tomar parte en la comercialización de sus propias capturas. Concretamente, en principio son cuatro los armadores -aunque el proyecto está abierto a que se vayan sumando los demás- que han creado una empresa, llamada Servipesca Motril, que nace con la obsesión de revalorizar el pescado que con tanto esfuerzo capturan ellos mismos y que no siempre alcanza el valor que merece en el mercado. Según señala el patrón mayor, Ignacio López, el objetivo es comenzar a funcionar para la campaña de navidad. La idea es que la propia empresa de los pescadores sea capaz de servir el pescado fresco a clientes -como grandes restaurantes o cadenas de alimentación- a los que ahora no está llegando, porque ellos no bajan a la lonja a comprar el pescado. Y hacérselo llegar con todas las garantías y la máxima calidad. «Vender mejor significa darle valor al producto. Y si las capturas obtienen más precio los pescadores ganarían más calidad de vida y podrían pescar menos horas, lo que disminuiría la presión en los caladeros. En otros puertos ya se está pescando una hora menos al día», apunta Enrique Montero. La empresa creada por los pescadores se plantea así, como primer objetivo, mejorar la venta, pero también tiene objetivos a más largo plazo. En una segunda fase, por ejemplo, se plantean filetear y congelar las capturas de bajo valor comercial. «Daríamos trabajo a otras personas con el fileteado y congelado e incluso nos planteamos poder elaborar el pescado y cocinarlo nosotros mismos para distribuirlo en distintos formatos, por ejemplo como bolitas de pescado para los niños en los colegios», apunta López.

Fuente: Ideal (02/12/2014)