La enseñanza del castellano, una oportunidad para las ‘start up’

Más de 500 millones de personas hablan español. Es la segunda lengua del mundo por número de hablantes y el segundo idioma de comunicación internacional. Y va a más. Según estimaciones del Instituto Cervantes, en el año 2030 el 7,5% de la población mundial será hispanohablante, lo que situará el idioma muy por delante del ruso (2,2%), el francés (1,4%) y el alemán (1,2%). Y dentro de tres o cuatro generaciones, el 10% de la población mundial se entenderá en español.

La enseñanza del castellano es una oportunidad de negocio en sí misma, que crece a medida que lo hace la demanda del idioma en el mundo de los negocios. Como prueba, otro dato: el Instituto Cervantes registró un crecimiento anual del 7% en número de matrículas de estudiantes de español durante el curso 2011-2012 (últimas cifras disponibles).

En la actualidad hay más de 170 centros acreditados por el Instituto Cervantes para impartir clases de español, 36 de ellos en el extranjero. Esta acreditación supone un sello de confianza pero no es obligatorio, y de hecho, en algunos países, la regulación limita las condiciones para constituir un centro de enseñanza. Es el caso de Turquía. Baudilio Alonso-Rodríguez es el cofundador de una consultora de formación y traducción en Estambul, llamada Estudia. «La legislación no permite abrir libremente centros educativos, de ahí que nos constituyéramos como una consultora y no como una academia de idiomas», explica.

El momento es ahora

La mayor parte de los clientes de Estudia son empresas. «Es la lengua cuya demanda está creciendo más rápidamente, en gran parte porque Turquía está ampliando sus relaciones comerciales con Latinoamérica», señala este emprendedor.

«La presencia de capital español en centros de enseñanza de castellano en Turquía es todavía casi inexistente: son las academias privadas turcas las que se están haciendo con el mercado. Sin embargo, las empresas españolas poseen una ventaja competitiva indiscutible: la experiencia y el know how para la enseñanza de castellano. Deben actuar con rapidez si no desean aprovechar esta oportunidad en beneficio del capital local», concluye un informe elaborado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Estambul.

Esta situación no es exclusiva de Turquía y abre la puerta a la creación de nuevas start up por parte de emprendedores españoles, en especial a medida que el elearning gana posiciones frente a las clásicas modalidades de formación presencial. La enseñanza de idiomas a través de Internet es un negocio en auge que, no obstante, se encuentra aún muy fragmentado. La start up alemana Babel.com es uno de los proyectos de vocación global más prometedores. Nació en 2007 a partir de la voluntad de uno de sus socios, Lorenz Heine, de aprender español, y en la actualidad es una plataforma online que enseña 14 idiomas a más de 15 millones de personas en todo el mundo. En 2013 recibió una inyección de 10 millones de dólares de capital riesgo para impulsar su expansión internacional.

Otra iniciativa destacada es Busuu, una red social para contactar con hablantes nativos de otro idioma que ya tiene 40 millones de usuarios registrados. Por países, EEUU es, en la actualidad, el que ofrece una mayor demanda de aprendizaje de la lengua española y «por lo tanto, es ahí donde más profesores cualificados se necesitan», confirma Francisco Moreno-Fernández, director ejecutivo de la sede del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard. «La diversidad cultural y étnica de EEUU se ha convertido en un elemento importante que es destacado y celebrado en los medios de comunicación.

Esto ha generado un interés en aprender castellano entre anglosajones y entre hispanoamericanos de segunda y tercera generación que están interesados en enseñar el idioma a sus hijos», señala Abel Bibliowicz, director de márketing de Storyly, una pequeña start up norteamericana que ha elegido España para empezar a operar. Por ahora, Storyly está centrada en fomentar la lectura y el aprendizaje del inglés entre los niños españoles.

Fuente: Expansión (02/01/2015)