La economía colaborativa se instala en los principales ámbitos del sector turístico Las plataformas 'on line' surgen en torno a compartir coche, intercambiar casas o hacer de guía turístico para mostrar de forma personalizada la ciudad.

La tecnología ha permitido el desarrollo de nuevas formas de viajar alejadas de las convencionales y en las que cualquier particular se convierte en un anfitrión capaz de alojar en su casa a un viajero, de compartir su coche con un desconocido o, incluso, de enseñar la ciudad a un visitante desde la óptica personal de un ciudadano local. El turismo colaborativo, basado en una economía del intercambio, comienza a echar raíces y abarca ya los principales ámbitos de esta industria, incluso, la de organizar cenas en casa con menús basados en platos típicos de la tierra. Las informaciones sobre nuevas plataformas que encajan en este modelo proliferan como setas al calor de una recuperación de esta industria tras una larga crisis, que, en definitiva, ha sido el caldo de cultivo de esta nueva oferta y demanda. Susana Zaragoza, responsable de Comunicación de Trampolinn, plataforma que propone el intercambio de casas entre particulares, asegura que ha sido en estos años de recesión cuando han surgido estas alternativas, a lo que además añade una nueva mentalidad de viajar de forma más auténtica, algo que consigues cuando interactúas con los habitantes de cada destino. Esta plataforma está presente en 150 países, en 4.000 ciudades y cuenta con 27.000 miembros.

Las nuevas claves

Sin embargo, el origen de todo este fenómeno está en los canales de comunicación ‘on line’ que permiten conectar al viajero con el particular a un solo ‘click’ a través de las plataformas en las que tras el pago de una suscripción te lanzan al trueque de habitaciones para poder conseguir puntos con los que viajar o te permiten compartir vehículos para viajar a un precio muy inferior al de un billete de autobús. La otra vertiente clave de estas nuevas fórmulas son los comentarios que van dejando los turistas. Un reguero de advertencias o de piropos con los que garantizarte o no seguir siendo el elegido. La mayoría de estas plataformas que están pitando con fuerza cuentan ya con usuarios en Granada y en Andalucía, destinos con importante gancho.

Así, lo señaló NightSwapping, que está presente en más de 1.700 ciudades con su original trueque de noches en casas particulares. «Por supuesto que Granada está entre ellas. Aún disponemos de pocos apartamentos, pero es una ciudad con gran potencial», precisó. Desde esta plataforma, que reúne a más de 70.000 miembros en 150 países con 10.000 alojamientos, señalan que el trueque de noches facilita el concepto: hospedas, ganas noches y viajas donde y cuando quieras.

Bajo esa filosofía de practicar este turismo colaborativo por solidaridad, autenticidad o ahorro hay también que discernir entre quienes lo hacen de forma altruista y quienes se lucran con estas fórmulas. En este sentido, el consejero de Turismo y Deporte de la Junta, Javier Fernández, señaló que estas alternativas forman parte de una «evolución del turismo. Compartir coche o prestarse un apartamento es una evolución de las relaciones que nos facilita el avance tecnológico que tenemos. Lo que antes sería impensable porque habría que enviar una carta a alguien. Ahora es cuestión de un ‘click’».

Sobre la necesidad de establecer una normativa que regule estas iniciativas que proliferan a velocidad de vértigo, precisó: «habrá que ver que fundamento tiene y que no. Así como qué objetivo persigue cada caso. Indudablemente compartir coche porque alguien se tiene que desplazar y no tiene medios para el transporte no se puede intepretar de igual manera que el que quiera hacer negocio con ese tipo de transporte, que viene a suplantar un taxi. No es lo mismo. Hay que discernir muy bien de lo que es una cosa y de lo que es otra». Una vez analizado cada caso, declaró que «tenemos que estar siempre contra el que lo hace de forma ilegal, contra el que busca un beneficio sin cumplir las normas, porque perjudica a quien lo hace de forma legal y también al resto de ciudadanos porque no paga impuestos».

Sin embargo, consideró que «tampoco hay que ser muy drástico contra fórmulas colaborativas que se están generando en el avance de la tecnología».

Fuente: Ideal (06/07/2015)