Inventos famosos que fueron creados para usos distintos a los que les damos hoy

Decía Picasso (o dicen que decía Picasso) aquello de que “cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando”. Sabía el genio que una buena idea sirve de poco si no va acompañada de la constancia y la perseverancia por dominar un oficio. Lo saben también los inventores, que encuentran a menudo su inspiración en los sitios más insospechados, pero suelen necesitar meses o años de trabajo para llevarlas a buen puerto.

A veces, el orden es el contrario, y es después de trabajar en sus inventos cuando descubren, ellos o terceras personas, cuál es el uso por el que todo el mundo podrá beneficiarse de ellos. Así, sus ingenios terminan sirviendo para cosas totalmente distintas de aquellas para las que fueron creadas.

1. Los clínex

Ya aceptado como término común por la RAE, los clínex han pasado de ser una marca (Kleenex) a un nombre genérico con el que nos referimos a los pañuelos de papel desechables y que nos recuerdan inequívocamente a los resfriados y los estornudos.

Sin embargo, ese no era el uso que la compañía Kimberly-Clark tenía en mente cuando los lanzó al mercado en 1924. Los publicitó como un producto para la limpieza del maquillaje. Pero pronto comenzó a recibir cartas de clientes sugiriendo su uso durante los resfriados. En 1930 los publicitó con este fin con el lema “No lleve un resfriado en el bolsillo».

2. El plástico de burbujas

Aunque su uso oficial es envolver objetos frágiles para que no se rompan al transportarlos, su verdadera utilidad es la satisfacción que produce explotar las burbujas llenas de aire, de una en una o en serie. Tanto es así que la noticia de que la empresa que lo creó estaba trabajando en una nueva versión, que ya no explotará, causó sorpresa hace unos meses.

Cuando los ingenieros Alfred Fielding y Marc Chavannes crearon el llamado film alveolar en 1957 no tenían ninguno de estos usos en mente. Lo que ellos trataban de encontrar era un papel plástico pintado con textura, para empapelar las paredes de una habitación, que se pudiese limpiar fácilmente. Lo que consiguieron no servía para ese propósito, pero sí para embalar paquetes.

3. El Listerine

Es uno de lo enjuagues bucales más vendidos del mundo, y en la actualidad pertenece a la empresa Johnson&Johnson, desde que ésta adquiriese la división de Pfizer dedicada a los productos de cuidado personal e higiene.

Cuando el doctor Joseph Lawrence y Jordan Lambert formularon el producto en 1879, no pensaban que acabaría habiendo muestras en los cuartos de baño de muchos hogares. El listerine se creó como antiséptico quirúrgico, así como una cura contra la gonorrea. En 1888 un artículo recomendaba su aplicación en pies sudorosos contra los hongos. En los siguientes años se comercializó como aditivo para los cigarrillos, una cura contra el resfriado y un remedio contra la caspa. Fue en los años 20 cuando dieron con su uso más lucrativo: la lucha contra el mal aliento.

4. La viagra

De nuevo, el invento, llamado sildenafilo, se ha hecho famoso por la marca, Viagra, pero la historia es la misma. Cuando los ensayos comenzaron en el Hospital de Morriston, en Gales, el sildenafilo se había creado como un medicamento para tratar la hipertensión arterial y la angina de pecho.

Los investigadores comprobaron que los efectos para esas patologías eran discretos, pero lo que sí generaba eran erecciones notables. Así que Pfizer decidió comercializarlo para remediar la disfunción eréctil, en lo que probablemente fuese una de las decisiones empresariales más rentables de la historia.

5. Los cereales en el desayuno

Aunque la humanidad ha comido cereales en distintas preparaciones desde el principio de los tiempos, la idea de comerlos en un tazón de leche en el desayuno, algo hoy muy común, no nació hasta finales del siglo XIX. Pero no era eso lo que sus primeros inventores estaban buscando. John Kellog y su hermano Keith dirigían un sanatorio y balneario en el que abogaban por mejorar la salud renunciando a la carne, el alcohol, el tabaco y el café. Sustituían la cafeína por un preparado a base de un tipo de cereal.

Un día, después de cocinar una cantidad de granos de maíz, ambos tuvieron que salir de la cocina para atender asuntos urgentes, y cuando volvieron un rato después, éste se había endurecido. En vez de desecharlo y comenzar de nuevo, optaron por prensarlo igualmente. En vez de láminas de masa blanda, como solía ocurrir, los hermanos obtuvieron copos aplastados, que hornearon, creando los copos de maíz que millones de personas desayunan cada día.

6. La Coca-Cola

El que hoy es el refresco más famoso del mundo nació en realidad como un sustituto de la morfina, y se vendió más adelante como un jarabe contra los problemas de digestión. Poco sospechaba su creador que un siglo después, el logo de su producto sería omnipresente a nivel mundial.

John Pemberton, farmacéutico y veterano de la guerra civil estadounidense, era adicto a la morfina que había empezado a recibir a causa de las heridas de la contienda. Preocupado por su adicción, comenzó a buscar un sustituto. Así, creó una bebida alcohólica infusionada con hojas de coca que llamó Pemberton’s French Wine Coca. La comercializó en su farmacia a 5 céntimos el vaso. Comenzó vendiendo unos nueve vasos al día.

Cuando en 1886 el estado de Atlanta aprobó una ley restringiendo la venta de alcohol, Pemberton desarrolló la Coca-Cola, que era básicamente una versión no alcohólica de su anterior invento.

Fuente: El Confidencial (07/09/2015)