Industria granadina; la asignatura pendiente

Granada no vive sólo del turismo y el comercio. Bien es cierto que le falta poco. La industria supone el 9,2% del PIB (Producto Interior Bruto) de la provincia, frente al 13,5% de la construcción o al 72,9% del sector servicios, según recoge el último informe anual de ESECA (Sociedad de Estudios Económicos de Andalucía). A nivel andaluz, la industria representa el 11,1% del PIB. Para el territorio nacional, un 16,9%.

La provincia no ha logrado convertirse en un destino atractivo para este sector. Ni grandes ni medianas empresas se sienten atraídas por un lugar deficitario en infraestructuras y donde, en ocasiones, los gravámenes de la Administración superan con creces a los de otras provincias.

La cantidad de suelo industrial de que dispone la provincia en nada se corresponde con los niveles de demanda de ocupación. En la actualidad la Confederación Granadina de Empresarios tiene contabilizados como polígonos, o suelo con destino industrial, casi un centenar de ubicaciones, repartidas de la siguiente forma: dos en la zona de Huescar; diez en Baza; quince en la comarca de Guadix; una en los Montes Orientales; cuarenta y una en la Vega de Granada; una en la Alpujarra; deciseis en la comarca de Loja; dos polígonos en la zona de Alhama; tres en el Valle de Lecrín y ocho en la costa. Tan sólo cuatro ( el Cordoví en Benalúa, Hierros Gámiz y Manzanil I en Loja, y La rosa I en Chauchina ) se encuentran al 100% de ocupación.

Químicas, cárnicas, transporte, embalajes, fabricación de envases, alquiler de maquinaria, artes gráficas e incluso una de las de más renombre: Aguas de Lanjarón. Son muchos los que están, sin duda.

Alejandro Gonzalo, gerente de la Asociación de Empresarios del Polígono Juncaril, lo tiene claro. Preguntado por la cantidad de suelo industrial del que dispone la provincia, nos contesta: ” Creo que el que hay actualmente, está bien. Ahora es demasiado, pero supongo que al salir de esta situación anormal, volverá a una ocupación óptima”

Y es que la crisis está haciendo que los pocos empresarios que resisten vean cómo los polígonos, que tan difícilmente se han puesto en pie, se van despoblando poco a poco.

José María Segura, responsable de administración de la Asociación de Empresarios del Polígono de Asegra asegura que han perdido aproximadamente un 20% de ocupación. Juncaril se mantiene en torno al 70% de ocupación. Mercagranada tiene una disponibilidad de suelo de 83.000 m2, estando ocupado al 80%. El polígono de Paseo de la Habana, en Churriana de la Vega, está al 70% y San Cayetano también al 80%. El Florío, es uno de los más afortunados, con una ocupación del 95%.

Gonzalo continúa: “Siempre he tenido mis dudas con la creación de macro-polígonos y ahora, debido a la crisis, se confirman mis presagios. Granada, queramos o no, es una ciudad de servicios. Cada vez tenemos menos industria y la que queda, de momento, está bien asentada en sus emplazamientos. Ojala esté equivocado”.

La empresas necesitan buena logística y eso pasa por buenas carreteras, salidas al mar, instalaciones ferroviarias e incluso suministro eléctrico. Esto último , la escasa potencia eléctrica, ha sido el problema fundamental para la comarca de Baza, donde estaba previsto que la empresa valenciana de tratamiento de mármol, Compac, ocupara 49 hectáreas de un polígono. Finalmente, nada de nada.

Tampoco ayudan las cargas de la Administración. Juncaril sin ir más lejos es buena prueba de ello. Sus calles tienen la calificación más alta que permite la ley. Así sus empresas están sometidas a un IAE del 3’8%. Ni Madrid ni Barcelona cuentan en su callejero fiscal con calle sometidas a este porcentaje. El gerente, Alejandro Gonzalo, explica que la situación geográfica del polígono hace que muchos empresarios de Juncaril sigan “salvando los muebles”. Respecto a las bajas “bien por la crisis, bien por el elevado coste con que nuestra administración carga a las empresas aquí instaladas, también hay empresarios que se han visto obligados a cerrar”.

No estamos por tanto ante la desidia de una Administración, ni ante un problema de siglas políticas. Más bien parece una falta de interés global por aprobar esa asignatura pendiente. La de convertir a Granada en un enclave industrial generador de empleo y riqueza.

 

Fuente: Granada Digital (24/05/2011)