Hablar de los fracasos, la clave del éxito de los empresarios del Silicon Valley
Khalid Al-Ali, una de las estrellas de EmTech Spain, es experto en robótica y presidente de Silicon Valley International. En una entrevista concedida a El Confidencial, tiene ganas de explicar el proyecto de este valle del talento de California. Vive en Palo Alto, es natural de Qatar y ha vivido en San Francisco y Los Ángeles. Genuino sueño americano.
Para ser Valley de verdad, Málaga se dispone a aprender del Silicon. Aquí, algunas claves. ¿Por qué (aún) funciona el Valley del Silicio? El inversor se pregunta: ¿Qué es lo que hace a Silicon Valley ser el Silicon Valley (SV)? Al-Ali ni lo duda: “Acceso al capital, jóvenes emprendedores expertos y proximidad a los centros educativos y académicos, como Stanford y Berkeley, donde yo estudié”, explica Al-Ali.
También hay un cuarto elemento: en Silicon Valley es muy frecuente que la gente más mayor apueste por el futuro y lo ponga en manos de la gente más joven. “En SV un chico de 27 puede seguir a uno de 16 y está socialmente aceptado, eso no ocurre en otras partes del mundo, en las que te tienes que ganar el rango para ser un líder”. ¿Por qué ocurre eso? La cultura entera de California, “la fiebre del oro”. “El tiempo también representa un papel importante en la capacidad para suministrar avances tecnológicos”, detalla.
Prueba-error, prueba-error. Durante la fiebre del oro, relata Ali como si fuera un cuento (este sí que es real), la gente dejaba sus hogares persiguiendo algo que podía no estar allí, pero que el fondo lo deseaba. Y por ello, perseguían su sueño. “Muchos de mis amigos inversores de Silicon Valley pasan más tiempo hablando de los fracasos que de los éxitos de las empresas, y ellos están orgullosos de los fracasos, porque los consideran una forma de aprender. Es otra forma de cultura. Muchas culturas no aceptan el fracaso. Tendemos a hablar de los éxitos y suprimir el fracaso”.
Tampoco el Silicon Valley actual no se parece en nada al del boom. “Como todo el mundo, estamos sufriendo las consecuencias económicas. Las sociedades de capital riesgo ahuyentan de la inversión en hardware”, lamenta Al-Ali, que precisa a este diario: “Estamos más interesados en el cómo que en el qué; ninguna nación tiene el monopolio del talento, algunos de los mejores cerebros pueden estar aquí al lado, pero no tenemos las infraestructuras para acceder a ellos y lo dejamos en manos de los gobiernos, pero no es razonable hacer eso, porque los gobiernos son solo una tercera parte de de la economía, no en tamaño, sino por el tipo”.
Investigando en la NASA cómo predecir terremotos
El presidente del SV también es director ejecutivo para asociaciones con la NASA en la Universidad de California, que controla un presupuesto de 18.000 millones de dólares y emplea a 150.000 personas. La asociación, para la que trabajan 80.000 personas, tiene 10 centros y maneja un presupuesto de 20.000 millones de dólares.
“Construimos robots de alto desarrollo y se los vendemos a los consumidores. Es muy interesante estar a bordo de una compañía que está planificando llevar robots a la luna. Soy científico, pero pienso que mi tiempo no estaría bien orientado sólo persiguiendo la ciencia absoluta; se habla de ciencia en periódicos y en revistas, pero lo que me gustaría es poder crear un dispositivo que pudiera predecir terremotos, como el de Turquía”.
El principal consumidor de economía robótica es la industria del automovilismo. Los coches se conducirán solos. “Yo soy optimista y espero que la humanidad no permita que ciertas cosas ocurran con robots, como por ejemplo matar”, finaliza Al-Ali y acaba EmtechSpain.
Fuente: Expansión (10/11/2011)