El futuro de la Granada industrial El sector agroalimentario es clave en el presente de la provincia, pero el despliegue económico vendrá determinado por la 'Industria 4.0'.

Granada necesita músculo industrial, porque el que tiene es claramente deficitario. La expansión económica de los años previos a la crisis nunca se sustentó en el sector secundario, un hecho que se hizo palpable y doloroso durante los peores años de la recesión. La industria genera valor añadido, crea empleo estable, cualificado y de calidad y sienta las bases de una economía menos sujeta a los vaivenes que aquellas que se asientan en el sector servicios. No hay empresario, político o representante sindical que no coincida en que a Granada lo que le hace falta es industria, que el cambio de modelo tiene que venir forzosamente de un sector que ha ocupado un segundo y tercer plano durante demasiado tiempo.

El presente de la industria granadina deja claro que su expansión continúa siendo una asignatura pendiente. Granada apenas cuenta con 4.074 establecimientos industriales, la mayoría de ellos vinculados a la industria de la alimentación (817, un 20%); a la fabricación de productos metálicos (654); o al suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (511). Esta cifra, recogida por el Directorio Central de Empresas del Instituto Nacional de Estadística (INE), demuestra que el peso de la industria en la economía granadina es mínimo: apenas representa un 6,4% del total de los establecimientos con actividad empresarial, que superaron en 2016 los 63.356.

En el empleo, la industria también tiene escasa relevancia. La EPA cifraba en 25.100 los trabajadores en activo del sector al cierre del año pasado, apenas un 7,8% del total de ocupados de la provincia (313.800). Aunque la industria consiguió cerrar el año como la segunda actividad con mayor nivel en el empleo -la agricultura registró 21.900 ocupados y la construcción, 15.100-, la diferencia respecto al sector servicios es abrumadora. Con 251.600 trabajadores, el sector terciario multiplica por diez la capacidad de generación de empleo de la industria.

Lo peor es que la frágil situación del sector se ha debilitado todavía más durante la crisis. Aunque resista mejor que el resto de los sectores, la industria no ha sido inmune a los problemas económicos, la falta de actividad y las dificultades de acceso a la financiación de estos últimos años. Desde 2008, el sector ha perdido 5.600 ocupados, reduciendo el músculo productivo un 18,2% (la agricultura lo ha hecho un 22,6% y la construcción, un 63,6%). Además, en el periodo 2010-2016 la provincia ha perdido un 9,3% de empresas vinculadas al sector secundario.

El desmantelamiento industrial, muy vinculado a actividades relacionadas con la construcción como la minería, la cerámica, la fabricación de cemento o el metal, ha hecho que el peso del sector en la producción granadina disminuya de forma considerable. Los últimos datos disponibles, referentes a 2013, apuntaban que la industria tenía un peso en el Valor Añadido Bruto (VAB) de la provincia del 9,19%, frente al 9,78% de diez años antes. En una década, la aportación específico de la industria a la economía granadina se redujo un 6%, y probablemente lo ha seguido haciendo a lo largo de los años posteriores.

El delegado de Economía y Empleo de la Junta de Andalucía en Granada, Juan José Martín Arcos, confirma que el desarrollo industrial es una «asignatura pendiente» para Granada, y asegura que es una tarea que se debe acometer cuanto antes puesto que la industria «aporta un valor añadido distinto al sector servicios». La provincia, apunta el delegado, tiene ante sí una «enorme oportunidad» de crecimiento gracias a este sector. Y ese futuro esperanzador pasa indefectiblemente por la internacionalización y por el refuerzo de dos actividades clave: la industria agroalimentaria y la «industria 4.0», basada en la innovación y el conocimiento.

«Mejorar la competitividad pasa por la eliminación de las fronteras físicas», explica Martín Arcos, que asegura que las que mejor han aplicado esta fórmula son las empresas agroalimentarias. De hecho, este sector ha dado lugar al nacimiento de las mayores empresas de la provincia. El ranking de compañías por nivel de facturación que elabora cada año El Economista evidencia la importancia que tiene la agroindustria para la economía granadina. De las diez grandes empresas de la provincia, seis están relacionadas con la alimentación y la agricultura: Lactalis, Covirán, Puleva Food, Aceites Maeva, Avinatur y Eurocastell.

La agroindustria es el presente de la Granada industrial, pero el futuro no puede depender únicamente de ella. El delegado de Economía indica que, para crecer, la provincia necesita la «incorporación de las cuatro ‘íes’: la inversión, la internacionalización, la industrialización y, por supuesto, la innovación. Este es el elemento clave que debe definir el futuro económico de Granada. Y, como recuerda Martín Arcos, Granada tiene las mejores mimbres para hacer de la «industria 4.0» su seña de identidad.

«Si hablamos de expansión industrial, necesitamos una industria diferente», señala el responsable de Economía, indicando que la provincia tiene «la mejor empresa» para asegurarse el éxito en la redefinición del sector: la Universidad. «Si sabemos compaginar la transferencia del conocimiento, que las ideas se acaben plasmando en proyectos concretos, tenemos un margen de crecimiento impresionante». Martín Arcos asegura que el «tractor» de esta industria inteligente también está instalado ya en Granada. El PTS es, junto a la Universidad, el elemento diferenciador de la industria granadina, la «punta de lanza» de una actividad que puede convertir a la provincia en una referencia internacional.

Lo de la industria del conocimiento no es una quimera. Además del desarrollo del PTS, una tecnópolis en la que se localizan un centenar de empresas y que da trabajo a 2.800 personas vinculadas en buena medida con la I+D y la biotecnología, la Confederación Granadina de Empresarios (CGE) ha liderado un proyecto que coloca a la ciudad en el mapa de las plazas tecnológicas, y que esta misma semana se ha consolidado como el mayor clúster tecnológico y biotecnológico de Andalucía. OnGranada Tech City, una iniciativa capaz de unir a todas las administraciones y agentes económicos, es fruto del convencimiento de los empresarios de que el futuro económico de la provincia tiene que vinculado por fuerza al conocimiento y la innovación.

De hecho, el sector TIC y BioTIC cosecha ya datos muy importantes: la facturación supera con creces los 1.000 millones de euros y representa un poco más del 7% del PIB provincial, según la información facilitada por la CGE. OnGranada, que pone sus esfuerzos en que empresas del sector deslocalicen sus sedes o sus proyectos, ha hecho posible que una quincena de empresas tecnológicas se instalen en Granada, creando 1.400 puestos de trabajo ocupados por universitarios en la mayoría de los casos. Muchos de ellos salidos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática, una cantera de talento que empieza a tener cabida dentro de las fronteras granadinas.

«Si ponemos el foco allí donde ya somos buenos, muy buenos, entonces tendremos el éxito asegurado», explica el presidente de la Confederación Granadina de Empresarios, Gerardo Cuerva, que destaca que «tanto la industria agroalimentaria como la industria del conocimiento están en la mejor posición para convertirse en motores de crecimiento para la economía de Granada».

El Pacto por la Industria que la Junta de Andalucía presentó el pasado viernes podría jugar un papel fundamental en el desarrollo del sector industrial en general y de las dos grandes bazas de Granada en particular. El gerente provincial de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA), Alejandro Zubeldia, apunta que el plan estratégico ideado por la Junta de Andalucía con el resto de agentes económicos y sociales está orientado en el caso de Granada a sectores como el agroalimentario, la industria turística, la biotecnológica, la industria vinculada a la construcción o las renovables.

«Jugamos a muchos sectores. Granada tiene muchas posibilidades», indica Zubeldia, que confirma también que la gran apuesta se dirigirá a la industria vinculada a la agricultura, al sector tecnológico y al biotecnológico. «Tenemos un enorme potencial en estos sectores, que tienen además una alta capacidad innovadora y de incorporación de tecnología». Granada está creciendo en lo agro, pero también lo está haciendo de forma decidida en lo tecnológico. «Hay que cambiar la mentalidad, hay que ser innovadores», confirma el responsable de la Agencia IDEA, que al igual que el delegado de Economía y el presidente de la CGE destaca el papel que la Universidad y la transferencia de conocimiento juegan y jugarán en el desarrollo económico de Granada.

Fuente: Granada Hoy (19/02/2017)