Españoles en Silicon Valley

Sólo hay 25 kilómetros desde San José hasta Menlo Park, pero esa reducida superficie, salpicada de pequeñas poblaciones, es nada menos que la capital mundial del software y de Internet. Al amparo de la Universidad de Stanford, madre de emprendedores, han crecido gigantes como Microsoft, Apple, Google y Facebook. Cada día surgen nuevas promesas de las telecomunicaciones en un valle soleado donde los ejecutivos calzan deportivas y manejan millones con la frialdad de un magnate. Y la efervescencia llega hasta San Francisco, donde residen miles de los profesionales que trabajan aquí.

La presencia de todas las grandes empresas del sector y una red muy estructurada de capital riesgo han creado un ambiente propicio para la creación de startups muy especializadas. “La cultura emprendedora de Stanford ha impregnado todo el valle: los profesionales son ambiciosos y tienen una clara proyección al producto, algo que le deben a Apple: su meta es crear cosas que cambien la vida a millones de personas”, explica David Boronat, CEO de Multiplica.com, llegado a finales de 2010.

Una primera oleada de emprendedores españoles se estableció en Silicon Valley hace tres años. Su éxito creó un efecto llamada. “Ahora están desembarcando más, porque, para el sector de tecnología, esto es El Dorado”, indica Ezequiel Triviño, representante en España de la California Spain Chamber of Commerce. “Eso sí, este mercado es muy difícil porque atrae a miles de emprendedores de todo el mundo. En general, los españoles que triunfan aquí, ya tenían una historia de éxito previa”, añade.

Mitos… pero concretos

Eso de que Silicon Valley ofrece éxito seguro, es un mito. Los emprendedores que citamos en este reportaje, casi todos establecidos hace algo más de un año, lo tienen claro. De hecho, las ventajas que encuentran son concretas.

Cazar tendencias. Todos coinciden en que desde el Valle se puede ver el futuro: aquí se testan las ideas cuatro o cinco años antes de que lleguen al resto del mundo. “Por eso, la actitud de aprendizaje es fundamental. A veces, el producto de moda lo ha creado el chaval que se sienta detrás de ti”, destaca Laura Valverde, fundadora de Beetailer.

Contactos. Tanto las grandes empresas como los inversores están deseando participar en la creación del nuevo Facebook, así que resultan muy accesibles.

“Como hay gran movilidad laboral, todo el mundo se conoce y te puede facilitar una reunión importante de un día para otro”, asegura esta emprendedora.

Abrir mercados. “Para las tecnológicas, Silicon Valley es la puerta de entrada natural a Estados Unidos y la forma de conseguir proyección mundial”, afirma Triviño. “Y una vez que has accedido a este gran mercado, ya puedes hacer negocios en cualquier zona del país: lo que los norteamericanos quieren es que estés aquí”, añade David Boronat.

VC, no, gracias Atraer al venture capital (VC) o capital riesgo es interesante para muchas startups, sobre todo las enfocadas al producto ya que, como señala Triviño, “impera la regla del winner gets all: si esperas tres años creciendo despacio, alguien va a sacar una tecnología mejor”.

Pero no es fácil y el riesgo es alto. “Esto no es ‘coge el dinero y corre’. La empresa matriz debe ser americana (la española sería subsidiaria) y el equipo directivo tiene que estar accesible cada día”, explica otro aventurero, Jordi Torras, director general de Inbenta.com.

En general, estos emprendedores recomiendan crecer con medios propios o recurrir a alternativas como el seed capital (capital semilla). Antonio de las Nieves, fundador de Yerbabuena Software, advierte que “en muchos casos, el capital riesgo se acaban quedando con tu empresa. La meta de venir aquí no debe ser levantar dinero, sino vender. Si no lo has conseguido en España, quizá tu negocio no sea tan bueno”.

Ecosistema productivo “Silicon Valley asombra al mundo por sus condiciones extraordinarias, pero también tiene inconvenientes: en pocos lugares del mundo, el talento es tan caro”, apunta el presidente del Centro Internacional de Gestión Emprendedora de IE Business School, Juan José Güemes. “Londres y Berlín también son focos importantes. Y en España, la industria tecnológica ligada a Internet empieza a interesar a los inversores”, continúa.

El caso es que la mayoría de estos emprendedores se han marcado objetivos concretos y piensan regresar cuando su presencia en Estados Unidos esté bien consolidada, quizá en dos o tres años. “Socialmente, los norteamericanos están en otra galaxia. Son muy correctos, pero es difícil hacer amigos”, lamenta David Boronat. Lo positivo, según Laura Valverde, es que “como les ves volcados en su trabajo, tú también entras en esa dinámica. Así, en menos tiempo, consigues mucho más”.

Fuente: Emprendedores.es (03/04/2012)