Emprendedores «por necesidad» La crisis ha duplicado desde 2009 el número de proyectos que nacen con esa motivación, casi el 30% en 2014.

Más cantidad, pero… ¿menos calidad? El fenómeno emprendedor planea desde hace unos años sobre la sociedad española buscando cómo infiltrarse en ella desde la raíces. No es solo una cuestión económica o política. Para calar y reindustrializar un país diezmado por la crisis hace falta fomentar desde la educación más básica todo un ecosistema orientado a crear una cultura emprendedora. Con identidad propia. Con tolerancia al fracaso. Con dimensión global. Con más emprendedores que nacen y se consolidan pero también mejores proyectos por los que apostar… ¿Es eso lo que está pasando? ¿En qué punto de esa trayectoria se encuentra el emprendimiento español?

El proyecto Global Entrepreneurship Monitor (GEM) lleva más de quince años facilitando una exhaustiva radiografía sobre la actividad emprendedora alrededor del mundo, con resultados fiables y comparables en más de 75 países. Según la investigación para España (Informe GEM España 2014) -en la que han colaborado el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España, la Fundación Rafael del Pino y Banco Santander-, nuestro país va haciendo camino aunque necesita que todos los actores implicados se muevan en la misma dirección. La reflexión parte del análisis de 25.000 encuestas realizadas a la población y expertos por quince equipos de investigadores de todo el país.

Tras la oportunidad

Una de las conclusiones más preocupantes de este estudio que se presentó en Madrid hace unos días se refiere a la irrupción de «la necesidad» como motor de arranque de muchos emprendedores durante los años de crisis. «Hoy se traduce -advierte el informe- en el aumento y creación de negocios poco competitivos, con escasa innovación y proyección internacional».

Más del 65% de la TEA (Tasa de Actividad Emprendedora, del inglés Total Entrepreneurial Activity) de 2014 corresponde a «emprendedores por oportunidad», según el informe GEM, mientras que casi el 30% a «emprendedores por necesidad». El índice TEA mide la tasa de iniciativas de entre 0 y 3,5 años en el mercado, sobre la población de 18-64 años residente en España.

«Los efectos de la crisis económica -continúa el estudio- se han hecho notar en la motivación para emprender, ya que desde 2009 la cifra de quienes iniciaron un negocio por necesidad ha aumentado continuamente hasta casi duplicarse, situándose este índice en el caso de España 12 puntos por encima de la media de otros países impulsados por la innovación».

Por el contrario, la oportunidad ha ido descendiendo desde 2009, cuando alcanzaba el 80%, llegando a perder 15 puntos porcentuales en 2014.

Los resultados del informe reflejan estos niveles de emprendimiento por necesidad en el aumento de empresas creadas por personas desempleadas o con serias dificultades para incorporarse al mercado laboral. «En numerosas ocasiones, estas empresas no son lo suficientemente competitivas como para prolongar su actividad más allá de los primeros cinco años críticos de existencia», subraya.

Esta idea contrasta con otra de las conclusiones del estudio sobre las aptitudes de la población, y es que los españoles nos vemos como poseedores de las habilidades, conocimientos y experiencias requeridas para llevar a cabo una iniciativa emprendedora. «Por encima de la media de los países basados en la innovación», según este documento.

Pymes y más pymes

El perfil de los nuevos negocios creados en España corresponde al de una empresa de pequeño tamaño -de uno a tres empleados- que presta servicios principalmente a consumidores locales y carece de una aspiración firme para crecer. Siete de cada diez nuevas empresas se concentran en el sector de servicios; cinco de cada diez nuevos negocios pertenecen a autoempleados (que no emplean a más personas); seis de cada diez no tienen ninguna orientación innovadora; y siete de cada diez manifiestan no tener vocación internacional durante sus primeros 3 ó 4 años de existencia. «Características todas ellas -concluye- que no impulsan precisamente la competitividad en nuestro país».

Según los expertos españoles consultados para realizar este estudio, los cuatro principales obstáculos para emprender en España siguen siendo las políticas gubernamentales (67,6%), el acceso a la financiación (61,8%), la capacidad emprendedora (26,5%) y las normas sociales y culturales (23,5%).

Los dos primeros factores son de naturaleza coyuntural y evidencian la situación económica que ha experimentado la economía española en los últimos años, por eso, dice el estudio, siempre se encuentran en las primeras posiciones de estos rankings de obstáculos. Pero los dos últimos son problemas estructurales que cobran protagonismo a medida que avanza la evidencia de que necesitamos impulsar una cultura emprendedora.

Fuente: ABC (02/06/2015)