Emprendedor, pon un psicólogo en tu vida Una reflexión sincera sobre cómo la salud mental es importante para ser emprendedor y un psicólogo puede ayudarnos a tener el "cerebro en forma".

Seguramente habrás escuchado muchas veces lo importante que es, de cara a plantearte montar tu propia empresa, el tener una buena idea, un plan de negocio definido o un gran equipo a tu alrededor. Obviamente es cierto, pero desgraciadamente no suficiente. He participado en la constitución de varias empresas (algunas propias y otras ajenas), también en diversas iniciativas de incubación y aceleración de startups en varios sectores o con diversas tipologías de promotores y, tras todo ello, tengo claro que una de las mayores ayudas que podríamos prestarle a un emprendedor para el éxito de su negocio, es ponerle un psicólogo al lado.

Emprender es una aventura tan maravillosa como desquiciante, una montaña rusa de emociones que te lleva desde la felicidad absoluta de conseguir un cliente, contratar a un/a crack o conseguir una ronda de financiación a la tristeza más cruel por perder un contrato, decepcionarte con un empleado o discutir con un accionista… y todo ello, en apenas milésimas de segundo.

Un año te llamarán del banco como cliente VIP para ofrecerte un depósito a largo plazo y al siguiente para negociar una línea de crédito porque estás en números rojos. Un mes probablemente estarás pensando en ampliar tu equipo y al siguiente enfrentándote a una reducción de plantilla. Puede que un día te sientas admirado por tu entorno y al día siguiente totalmente incomprendido. En una hora, la persona en la que más confiabas de tu equipo puede fallarte o peor aún, dejarte. Deberás de ser fuerte mentalmente para, pese a la incertidumbre, poder tomar decisiones ágiles sin los condicionantes de los inevitables problemas del día a día, mes a mes o año a año.

Balancear tu vida personal y profesional será como hacer malabares a una sola mano con mazas ardientes porque hay una delgada línea entre un ocasional sobreesfuerzo laboral y que tus hijos acaben llamándole papá al frigorífico, entre formar una familia profesional con tu equipo y llegar a pensar que esa es tu familia. Te enfrentarás a situaciones difíciles de gestionar y vas a necesitar estar extremadamente estable mentalmente para poder sobrellevarlo con cordura.

Presión, inestabilidad y frustración pero también orgullo, satisfacción y responsabilidad. Arriba y abajo, a toda velocidad. Necesitarás tener la cabeza fría y fuerte para que semejante viaje no te maree emocionalmente.

Como los artistas, los emprendedores somos extremadamente sensibles y si mezclas todo lo anterior con dormir poco y la necesidad de tener siempre una sonrisa tranquila para motivar a tu equipo independientemente de lo que lleves por dentro, el emprendedor se convierte en el territorio perfecto para que anide la ansiedad o incluso la depresión.

Gestionarlo (sobrevivir) no es fácil (por experiencia te lo digo), así que te dejo dos consejos que a mí me han funcionado, por si en algún momento lo ves venir:

1) Habla con otro emprendedor/a mas experimentado y comparte tus sentimientos y preocupaciones. Te ayudará a relativizar la situación y a ganar perspectiva porque, habitualmente, el 99% de los problemas a los que te vas a enfrentar son comunes a todos y muy probablemente, alguien de tu red de contactos ya se haya encontrado con lo mismo, pueda darte un buen consejo, aportar una solución que no habías tenido en cuenta o, simplemente, ofrecerte el entendimiento y comprensión que necesitas en ese momento (yo tengo un listado de “psicocoaches” que me han ayudado infinito en momentos especialmente complicados y a los que estaré eternamente agradecido).

2) Vete al psicólogo. En ocasiones, es lo más valiente que puedes hacer. A veces se necesita ayuda de un profesional y no es motivo de vergüenza sino de orgullo el ser lo suficientemente honesto como para buscar refuerzos y dejarse asesorar por alguien especializado que sepa cómo ayudarte a salir victorioso de un bache personal, profesional o de una combinación de ambos.

Si tu cerebro está en forma y el mercado te acompaña, el emprendimiento es la aventura profesional más placentera que conozco y te permitirá no solo alcanzar una recompensa económica, sino la indescriptible satisfacción de construir un equipo alrededor de tu idea, ver cómo tus clientes valoran y evolucionan gracias a vuestros servicios o soluciones y disfrutar, desde el equilibrio, de todo ello.

Fuente: El Español