El turismo rural granadino supera por primera vez los 25.000 clientes Este mercado ha registrado este año un importante impulso que le ha permitido crecer un 23%

En una provincia como Granada, donde hay 171 municipios repartidos en más de 12.635 kilómetros cuadrados, la mayoría de pequeño tamaño y encuadrados en entornos rurales, el turismo cultural y urbano no es la única opción. Aunque sí que sea la mayoritaria. Pese a que, año tras año se rompen los récords de turismo hotelero -ese que se hospeda fundamentalmente en alojamientos de la ciudad o en establecimientos de sol y playa-, el verdadero potencial de crecimiento turístico de la provincia se encuentra en esos otros segmentos que todavía no están desarrollados al cien por cien. Es el caso del turismo rural, un mercado en el que Granada tiene mucho que decir pero que, por el momento, es bastante minoritario dentro del negocio turístico granadino.

Eso sí, el crecimiento que ha experimentado este segmento turístico en el último ejercicio ha sido toda una declaración de intenciones. El año del récord hotelero para Granada también ha sido el del máximo histórico de turismo rural. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a lo largo de 2014 las casas rurales de la provincia alojaron a 25.187 turistas. Obviamente se trata de una cifra mínima -sobre todo si se compara con los más de 2,5 millones de viajeros que se alojaron en este mismo periodo en establecimientos hoteleros-, pero no deja de ser significativo que el mercado rural haya sido capaz de crecer un 22,9% en el último año. En apenas doce meses, las casas rurales de Granada han atraído a 4.707 nuevos usuarios, dejando atrás los registros turísticos de 2012, hasta ahora los más beneficiosos para este segmento turístico.

Además, por primera vez en toda la serie estadística, que se remonta al año 2004, el turismo rural granadino ha sido capaz de superar los 25.000 viajeros. También el registro de estancias ha sido muy beneficioso: las 64.220 pernoctaciones registradas a lo largo del año 2014 suponen un incremento del 15,3% respecto al ejercicio anterior, aunque en este caso no se ha conseguido superar el máximo histórico alcanzado en 2011, cuando se registraron 64.814 pernoctaciones.

La estadística del INE también demuestra algunas de las debilidades del mercado de turismo rural. Por un lado, se trata de un segmento turístico que depende prácticamente en exclusiva del mercado nacional. El 70,1% de los clientes de las casas rurales granadinas son viajeros españoles -muchos de ellos incluso de la propia provincia-, mientras que apenas 7.522 de los usuarios de turismo rural eran extranjeros. La importancia de los turistas internacionales en este mercado es muy reducida, de apenas un 29,8%, un porcentaje que contrasta con el peso del 42,4% que juegan los extranjeros en los datos de turismo hotelero.

Por otro lado, si el turismo granadino está sujeto a una alta temporalidad -además de a una distribución muy irregular que llena los hoteles de viernes a domingo pero que deja vacía la ciudad durante la semana-, el caso del turismo rural es todavía más grave. La oscilación de viajeros es muy notable, con diferencias de hasta un 296% entre el mes de más afluencia turística y el más flojo para el sector. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en enero de 2014 las casas rurales de la provincia apenas consiguieron atraer 843 viajeros, la cifra más baja de todo el ejercicio. Este dato contrasta con el de agosto, cuando llegaron hasta la provincia para sacar provecho de sus muchas opciones rurales 3.341 turistas.

La distribución de viajeros es muy irregular, y coincide fundamentalmente con las vacaciones y la presencia de puentes festivos en el calendario. Además del mes de agosto, también fue muy destacable la afluencia de viajeros en abril (que coincidió con la Semana Santa), en octubre (una época propicia para el turismo rural) y diciembre (con el Puente de la Constitución como principal reclamo). En todos estos meses se superaron los 2.200 usuarios de turismo rural, mientras que los peores registros se contabilizaron en enero (843), marzo (1.116), febrero (1.785) y mayo (1.958).

Donde sí que destaca el mercado de turismo rural respecto al hotelero es en la estancia media. Por lo general, el tiempo medio de estancia de los viajeros que apuestan por el turismo rural es mayor que el del turismo urbano. Según los datos del INE, los usuarios de casas rurales de Granada permanecieron en la provincia una media de 2,25 noches (alcanzando máximos en agosto de 3,71), mientras que en el turismo urbano la estancia media no supera las 2,09 noches.

En cualquier caso, el buen comportamiento del turismo rural va más allá de los obvios beneficios para el negocio turístico. El secretario general de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, Antonio García, explica que el turismo rural tiene una «importantísima función» para fijar la población al territorio rural, ya que «contribuye al sostenimiento del ámbito rural y de las economías agrarias».

Además, García indica que, aunque las cifras sean modestas en comparación con el turismo hotelero, la tendencia de crecimiento también demuestra la «potencialidad» de Granada como destino rural. «Granada es una provincia muy bien considerada en este segmento». ¿El motivo? La enorme variedad de oferta rural que posee, que va desde la singularidad de las casas cueva de la zona del Altiplano y Guadix -«muy demandadas entre los clientes del Levante y Madrid»-, al «icono mundial» de la Alpujarra, pasando por el Poniente, Sierra Nevada y el Valle de Lecrín. «La provincia está muy bien posicionada como destino rural. Este mercado no puede crecer al mismo ritmo que el tradicional por la alta estacionalidad, que básicamente se concentra en los fines de semana y los puentes, pero su desarrollo es muy importante para la sostenibilidad de las zonas rurales», apunta Antonio García.

Sin embargo, ese retorno a las zonas rurales no es tan importante como debería por la influencia de los alojamientos alegales. Así lo asegura Gonzalo Rodríguez, propietario de un hotel rural en Lanjarón y empresario del sector desde hace más de tres décadas. «El alojamiento alegal es el rey del mercado, mientras que el legal está malviviendo», indica Rodríguez, que reconoce que el sector tiene «mucho potencial», pero advierte de que «los alojamientos no están controlados y no hay retorno». El empresario asegura que la oferta alegal es, probablemente, el principal problema del sector, en el que la experiencia demuestra que «cualquiera que tenga una casa puede alquilarla», haciendo mucho daño a quienes sí juegan de acuerdo a las reglas del sector turístico. «hay mucha gente que tiene una casa en el pueblo y, como no puede mantenerla, la alquila», constata.

En el ámbito legal, Rodríguez reconoce que en los últimos tiempos se está registrando una mejora de resultados, fundamentalmente por la recuperación del turismo nacional. En su opinión, la mejora de los datos se debe a que el turismo rural es una de las opciones más baratas para los clientes, que apenas tienen que abonar el precio del alojamiento. «Se está notando una mejora, pero no es una punta de iceberg. Si se está mejorando es porque la gente ha empezado a adaptarse y siente la necesidad de salir», explica.

Fuente: Granada hoy (16/03/2015)