El éxito de las empresas compartidas en Granada

Cuando la crisis tocó a la puerta de todos prácticamente nadie estaba avisado. Llegó y azotó a la mayoría de los sectores y del tejido empresarial dejando datos de desempleo bajo cero. Los recursos para salir de ella y los llamados ‘brotes verdes’ parece que aún no han cuajado del todo, pero lo cierto es que el panorama laboral y económico presenta indicios de recuperación.

El reciclaje laboral y las nuevas formas de empleo han sido las ventanas laborales cuando se cerraban puertas y las cooperativas, uno de los ejemplos más claros de que la economía social genera y da trabajo. Su auge comenzó hace unos años y desde entonces no pasan de moda. En Granada hay claros ejemplos de ello.

ViveAltipla

El turismo y el patrimonio unieron las vidas de dos psicólogas y una historiadora de arte hace ya más de dos años gracias a ViveAltipla. Victoria Galindo, María Rosillo y Ana Alcañiz nunca imaginaron que lo que era un hobby acabara siendo una empresa que, aunque arrancó sin la confianza de muchos, ahora es una referencia en la comarca del Altiplano granadino. «Recuerdo que cuando la creamos algunos pensaban que éramos tres locas que apostábamos por un turismo que iba más allá de lo gastronómico, pero el trabajo ha dado su fruto y aquí estamos», explica Victoria E. Galindo.

La idea de poner en marcha ViveAltipla viene de algo tan básico como responder a una demanda. «Llevábamos tiempo haciendo rutas y actividades culturales en los municipios de la comarca de manera independiente y éramos conscientes de que, al no tener oficina de turismo ni nada parecido en la zona, nuestro proyecto podría cuajar». Y no se equivocaron.

De empezar a hacer rutas más espaciadas en el tiempo han pasado a llenar su buzón de demandas y a multiplicar sus servicios. Juntas realizan rutas turísticas y patrimoniales a escolares y a otros colectivos más específicos, recorridos teatralizados, talleres infantiles o escapadas a la carta que las tienen enfrascadas en su proyecto de cooperativa.

La elección de esta forma empresarial fue clara. «Consultamos muchas opiniones y, al final, vimos que era la que mejor se ajustaba a nuestras posibilidades y la que nos ofrecía más ventajas por ejemplo a la hora de pedir subvenciones». Victoria recuerda que al principio todo fue un poco lioso por los papeleos, pero hace hincapié en la ayuda que te ofrecen desde los centros de Apoyo al Desarrollo Empresarial, «que nos sirvieron de guía para todos los trámites».

A pesar de que llevan ya más de dos años de trabajo, la joven asegura que la empresa siempre está consolidándose y apunta que el deseo de todas ellas es que siga creciendo tanto en servicios como en trabajadores. «Si todo va bien, al final tendremos que contar con más personal y eso es una alegría», apunta Victoria. Mientras tanto siguen avanzando en el sector y ViveAltipla se hecho con la gestión del Centro de Interpretación del Medio Ambiente de Castril, que abrirán en breve. «Sin duda un aliciente más y otra oportunidad para crecer en nuestro proyecto y seguir apostando por el turismo y el patrimonio como forma de vida».

Scada3DSolutions

La evolución en el mundo de las cooperativas ha cambiado mucho y de ser un campo en el que primaban las agrupaciones agroalimentarias ha pasado a conglomerar empresas de todos los ámbitos como el caso de Scada3D Solutions, una cooperativa de tres jóvenes granadinos, Anabel Moreno, José Romero y Mónica Molinero, enmarcada en el sector de industrial y tecnológico.

Como otras cooperativas, la suya también nació en el fulgor de una situación económica delicada pero sus ganas de trabajar y encontrar un hueco laboral en un panorama poco propicio fueron las armas para embarcarse en esta aventura. Su proyecto es el ejemplo de que con esfuerzo y paciencia se puede llegar a mucho.

«Empezamos nosotros tres y ahora en nuestro equipo somos cinco, algo que nos alegra», cuenta Anabel Moreno. Su ampliación de personal no sólo denota su buena marcha en el trabajo sino su aumento y diversidad. La cooperativa, que empezó realizando proyectos en 3D para procesos industriales (la parte visual de los sistemas de telecontrol), ha acabado haciendo todo el proceso completo de automatización, es decir, la instalación de las pantallas, la programación y el mantenimiento de los equipos. «La verdad es que estamos contentos con la progresión de la cooperativa y, aunque en alguna ocasión hemos pensado en cambiarla a una S.L., al final nos hemos quedado así porque también creemos en el espíritu social y las bases que tiene en trabajar en un modelo cooperativo».

Saben que el mercado laboral para el sector de los arquitectos técnicos no es muy propicio y por eso en su proyecto intentan contar con compañeros para que hagan prácticas y se formen en su empresa. «Siempre es bueno aprender y estar preparado para salir al mercado laboral. A nosotros nos sirvió e intentamos hacer lo mismo con los compañeros». Su trabajo les ha dado la oportunidad de trabajar con grandes empresas como Emasagra y que se pongan en contacto con ellos otras firmas nacionales para implementar sus dispositivos de telecontrol y todo el proceso posterior. «Ahora estamos abriéndonos mercado en otros campos y apostamos por abrirnos camino en sectores como la gestión energética de edificios, las energías renovables o la automatización integral como herramienta de ahorro de costes».

La Runa Hidromiel

Otro proyecto que nace bajo el sello del cooperativismo es La Runa Hidromiel. A muchos le puede sonar a chino, pero el hidromiel es una bebida tan antigua casi como los vikingos, de hecho, se dice que es la bebida alcohólica resultante de la fermentación del agua y miel más antigua que se conoce. Su antigüedad y veteranía no impidieron que un grupo de tres jóvenes granadinos se decidieran a montar una cooperativa que se dedicara a la producción de este elixir.

Fernando Berenguer, uno de los socios de la cooperativa junto a Charo Redondo y Víctor Oliveros, cuenta que su implantación no está siendo sencilla «porque introducir un producto ‘nuevo’, o mejor dicho no muy conocido en el mercado, no es sencillo, pero en ello estamos». El equipo también contó con la ayuda de los centros de ayuda al empresario para establecerse como cooperativa. «Lo cierto es que son necesarios muchos trámites pero también hay posibilidades de ayudas por otro lado así que no es mala opción», explica.

Como toda empresa que empieza, Fernando y sus compañeros se encuentran intentando mantener y consolidar su negocio. Se encargan de todo el proceso de elaboración, comercialización y producción y reconoce que no paran. «Ahora estamos intentando introducir la bebida de una forma más comercial, ya que al no ser ni un vino ni una cerveza no es tan sencillo darla a conocer, así que estamos estudiando la posibilidad de venderla en botellín y crear estrategias que favorezcan su venta».

El socio recuerda que en el tiempo de trabajo han tenido épocas buenas y malas, pero lo importante es que siguen en pie. «El trabajo de producción ha sido largo y al principio utilizamos fórmulas originales para elaborar el hidromiel que posteriormente hemos ido mejorando». El resultado es un elixir que los caracteriza y que, además, tiene sello granadino. Berenguer confía en que la idea de negocio se consolide cien por cien ya que «si a nosotros nos va bien, todo esto es una cadena que beneficia a mucha más gente. los que realizan las botellas, los que las venden, los que las transportan, todos mejoramos», concluye.

Fuente: Ideal (06/11/2015)