El aceite de oliva, muy escaso, sigue subiendo de precio

El consumo, tanto nacional como de exportación, sigue alto y las existencias no son suficientes para aguantar el ritmo. El lampante ha superado ya la barrera de los 3.000 euros por tonelada.

Por suerte para el consumidor, el aceite sigue siendo producto reclamo en los lineales de los supermercados y, aunque ha subido de precio, este aumento aún no es llamativo. Sigue habiendo ofertas de garrafas de cinco litros de virgen extra -así lo pone la etiqueta- en el entorno de los 17 euros, apenas 3,5 euros el litro. Un precio que llama la atención cuando el valor de venta de los productores está ya, de media -según el Poolred- a cerca de 3.600 euros/tonelada, con picos que se acercan a los 4.500 euros. Es más el lampante ha superado la barrera de los 3.000 euros (tres euros el kilo).

Las razones de este lento ascenso de los precios de venta al consumidor del aceite de oliva en un momento en el que hay muy serias dudas de que el aceite existente sea suficiente para poder mantener el nivel de ventas -alto, tanto en el mercado nacional como en la exportación- son variadas y ninguna tiene que ver con la abundancia del producto. La primera es la siempre denunciada de ser producto reclamo que hace que la distribución mantenga ofertas aunque no gane dinero e incluso aunque lo pierda (aunque esto, por ser ilegal, ha de ser disimulado); la segunda, que puede haber contratos a largo plazo con precios fijados hace meses que aún no hayan expirado. Lo cierto es que por ahora suben más los precios de venta en origen que los de venta al consumidor, pero esta situación, según todos los expertos, no va a durar.

Según los últimos datos de la AICA (Agencia de Información y Control Alimentario) el total de existencias a final del mes de marzo eran de 689.100 toneladas y el ritmo de salidas -consumo- viene siendo de media de 116.000 toneladas. Si se mantiene este ritmo, y teniendo en cuenta que no habrá aceite nuevo disponible hasta primeros de diciembre, es decir ocho meses, harían falta un mínimo de 928.000 toneladas, una cifra muy superior a la existente. Incluso aunque el ritmo de salidas en lo que queda de campaña bajase -entre mercado interior y exterior- a las 90.000 toneladas, una cifra que se manejó en la última reunión sectorial de la AICA como probable, harían falta unas existencias de la menos 720.000 toneladas, frente a las 689.100 que como hemos dicho contabiliza la AICA. Además, según se expuso en esa reunión de ese total de existencias 211.400 están en manos de envasadores y 477.700 en manos de almazaras y de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, pero según algunos de los expertos que asistieron a la reunión «existe una gran cantidad de aceite en almazara que ya está vendido, por lo que realmente las cantidades que tienen disponibles las almazaras para la venta estarían en torno a las 200.000 toneladas para lo que resta de año y hasta que los primeros aceites de la próxima campaña estén disponibles».

Otro dato que refleja bien la situación es que las importaciones de aceite suponen ya 59.300 toneladas, o sea, a fecha de marzo ya se ha superado las importaciones totales que se hicieron en el año anterior. De hecho, desde el mes de enero se ha observado un aumento de las importaciones. Según fuentes de Asaja, los industriales están realizando una fuerte demanda de los contingentes mensuales de importaciones desde Túnez, de modo que «en la primera semana de cada uno de ellos se agota la cifra mensual con coeficientes de asignación muy bajos ante la fuerte demanda existente». En cualquier caso, las importaciones a final de campaña no superarán las 150.000 toneladas.

Con estos datos, desde Asaja afirman que en general en el sector hay una cierta sorpresa «por el hecho de que en una campaña como la actual, con disponibilidades bajas, se mantengan en niveles altos las salidas tanto a la exportación como en el mercado interior» y en este sentido vaticinan que «se intuye que el mercado se ajustará en la medida en que los precios se puedan elevar».

José Vázquez, experto de Asaja Sevilla en aceite y aceituna, dice que mantener el ritmo actual de salidas de aceite es imposible, porque ni siquiera contando con agotar el cupo posible importaciones se llega a disponer el aceite necesario. Y los mercados se ajustan cuando hay escasez con el precio. Según Vázquez el aceite español aún tiene margen para subir en los mercados internacionales, pues hay factores que lo favorecen en el sentido de poder hacerlo sin perder la necesaria competitividad. Cita, por ejemplo, que el aceite italiano «está al menos un euro o euro y medio más caro, llegando a apreciarse en algunas calidades hasta por encima de los seis euros». Otro factor que juega en esta dirección es la paridad del dólar, fuerte frente a un euro debilitado.

Con este panorama, los ojos de los agentes del mercado del aceite están todos puestos en la cosecha del próximo año -y por tanto- en la floración de los olivos que algunos califican de «excelente» con el inconveniente de que la lluvia ha sido escasa. Preocupa también el grado de fertilización que pueda haber, porque ya hay experiencias de otras campañas en las que aunque hubo una gran floración, apenas se fertilizó entre un 7% y 10%.Y aunque aún es pronto para hacer predicciones acertadas, según dice José Vázquez, se prevé que la próxima cosecha será «normalita», ni tan corta como la de este año -lo que «sería un desastre»- ni tan larga como la del pasado a no ser que llueva bien. Hay quien augura una cosecha de entre 1.300.000 o 1.400.000 toneladas. Y esta última cifra es la que coincide con el consumo actual, lo que dejaría otra vez un panorama de un año ajustado entre la oferta y la demanda, otro motivo para nuevas subidas de precio.

Fuente: Granada Hoy (12/05/2015)