Dos empresarios granadinos crean una microalmazara para hacer aceite de oliva en casa

Los empresarios Luis Serrano y Rafael Ibáñez son los socios de la patente Olimaker, la primera microalmazara de mesa capaz de integrar de forma continua y automática todos los procesos necesarios para la obtención, al instante, de aceite de olivavirgen extra de calidad y extraído en frío.

Se trata de una innovación que se presentará oficialmente en la XIX Feria Internacional del Aceite de Oliva e Industrias Afines, Expoliva 2019, que tendrá lugar en Jaén del 15 al 18 de mayo. No obstante, es tal el revuelo e interés que este novedoso proyecto ha levantado en el sector, que sus creadores proyectan una implantación «de entre 15.000 y 30.000 nuevas unidades entre 2019 y 2020».

«Olimaker nació en una nave industrial hace tres años, aunque antes de llegar a este diseño definitivo hicimos tres prototipo previos, que fuimos mejorando tanto en funcionalidad como en tamaño y ergonomía», declara Luis Serrano, vinculado a la empresa granadina Dilersur innovación, dedicada a trabajar en innovaciones disruptivas.

En este camino no han estado solos, pues han contado con la colaboración de empresas y profesionales en I+D y referentes en el sector olivarero, entre ellas, la industria Vilchez, la empresa cordobesa Galpagro o el consultor estratégico Juan Vilar.

El resultado es «una especie de Nespresso pero para el aceite de oliva, pensada para que el usuario se haga al instante su propio aceite de oliva virgen extra haciendo sus propios coupages entre variedades de aceitunas», explica Luis Serrano.

Todo el proceso se realiza en un vaso de cinco litros, que permite molturar un máximo de tres kilos de aceituna cada 30 minutos. El vaso es fácilmente lavable y, una vez retirado el subproducto resultante, el alperujo, puede ser posteriormente reutilizado como fertilizante agrícola u otros usos.

Las aplicaciones de este proyecto son muchas, pues se adaptan tanto al ámbito doméstico como industrial: «Está dirigido al productor olivarero, que quiere conocer el rendimiento graso de su aceituna y la calidad de su aceite; también a la industria almazara, pues resulta idóneo para evaluar muestras de producto; y por supuesto va destinado al cliente particular y al canal Horeca, pues posibilita hacer aceites propios para incorporarlos a la cocina».

Fabricación

Los propietarios de esta patente de invención ya tienen firmado un acuerdo de intenciones (a falta del cierre definitivo de la negociación) con tres grandes fabricantes a nivel internacional. La idea es«acceder con Olimaker al mercado de los ocho principalespaíses productores de aceituna del mundo en el horizonte de 2020», aunque la ambición comercial es mucho mayor, teniendo en cuenta que «en el mundo hay 64 países productores de aceite de oliva en los cinco continentes pero al menos 175 países importan aceitunas».

Estos emprendedores continúan a día de hoy investigando en nuevos productos para crear un nuevo mercado entorno a Olimaker.

Así, «en un futuro queremos facilitar bolsas de aceitunas preparadas ya para hacer mezclas y obtener aceites de oliva virgen extra concretos, enriquecidas además con nuevas propiedades nutricionales que sorprendan a los usuarios». «Serían como las cápsulas del café de la Nespresso pero en bolsitas de aceitunas». Por ello, «estamos actualmente investigando en varias líneas de envasado al vacío para lograr mantener las propiedades del fruto del olivo», avanza el empresario Luis Serrano. Y es que «el envasado de la aceituna en atmósfera modificada con unos parámetros de calidad y con la trazabilidad correspondiente capacita a la microalmazara a desestacionalizar la campaña, superando los inconvenientes de disponer de aceituna para molturar en una temporada concreta».

Fuente: ABC