¿Dónde está el empleo de calidad en España?

A día de hoy, el debate laboral en nuestro país se estructura en torno a dos preguntas: por una parte, ¿dónde está el empleo?; por otra, ¿dónde está el empleo estable, sostenible y de calidad?

Porque, aunque la mera creación de empleo -sea del tipo que sea- pueda constituir algún tipo de salvoconducto que nos consuela a nivel social, lo cierto es que también parece lógico debatir sobre la verdadera calidad del empleo que se está creando en nuestro país.

Y es ahí donde surgen las grandes preguntas: ¿dónde está el empleo de calidad?, ¿en qué sectores se encuentra?, ¿qué destrezas y aptitudes pueden ser las idóneas en un profesional para que pueda optar a un empleo de este tipo?, ¿hasta qué punto internet y las nuevas tecnologías constituyen una receta perfecta para conseguir un empleo?

Los sectores más prometedores a corto plazo

Es una de las preguntas que más se hacen los jóvenes (y sus padres) a la hora de dirigir sus estudios y su carrera profesional: ¿en qué sectores hay más presente y futuro a nivel laboral?, ¿cuáles son los que ofrecen mejores tendencias a nivel de calidad del empleo e interés del propio sector?

– Tecnologías de la información

En ocasiones, la evolución laboral no tiene por qué venir de la creación de nuevos sectores, sino en la evolución o incluso fusión de varios de ellos. Ese es precisamente el caso de las tecnologías de la información, un nicho productivo que aprovecha las ventajas de las nuevas tecnologías para optimizar la gestión de información. Por ello, este es un sector que cada vez necesita más profesionales que sepan confluir entre la gestión de distinta información de manera menos analógica y más tecnologizada.

– Servicios financieros

Otro sector clásico, pero en constante evolución. Los servicios financieros siempre han constituido uno de los pilares básicos de nuestra economía, pero ahora está cobrando -si cabe- una mayor importancia a raíz de la tecnologización y digitalización del sector. Así, tendencias como la banca digital, el pago móvil o la gestión de servicios financieros innovadores están a la orden del día en los departamentos de innovación de este tipo de compañías.

– Sanidad y sector público

A nadie se le escapa que el sector sanitario siempre se ha erigido como uno de los fundamentales dentro de la amplia gama de servicios sociales de nuestro país. Pero, de un tiempo a esta parte, esta tendencia no sólo ha venido de la mano exclusiva del diagnóstico y la curación como tal, sino también de la prevención y la atención sociosanitaria.

– Industria

Tradicionalmente, la industria ha tenido un gran peso en el Producto Interior Bruto (PIB) español. Y, pese a la crisis y a la proliferación de nuevos sectores exclusivamente digitales, el sector industrial de nuestro país también se digitaliza y sigue siendo un punto clave en nuestro modelo laboral y productivo. Así la ha demostrado parte del tejido industrial español, que en los últimos años de la crisis ha tenido que aumentar las exportaciones para sobrevivir y que, con la llegada de la recuperación, intentará mantener o incluso superar ese nivel de internacionalización.

– Recursos y energías naturales

Es uno de los paradigmas de nuestra era moderna: la energía es cada vez más necesaria, pero los recursos son cada vez más limitados. Por eso, gran parte de los esfuerzos en las últimas décadas han ido dirigidos en una doble dirección: por una parte, maximizar el aprovechamiento, la gestión y la eficiencia de los recursos disponibles; por otra, la creación y el avance hacia nuevos nichos de energía sostenibles y, sobre todo, eficaces.

– Digitalización

¿Cuántas veces hemos oído eso de que “internet es el futuro”? Pues bien, es una frase falsa: internet no es el futuro, sino el presente. Quizá en su momento la digitalización fue una mera opción, pero ahora es prácticamente una obligación para cualquier empresa que quiera seguir siendo competitiva en un ecosistema cada vez más digitalizado. Por eso, los perfiles profesionales con carácter y aptitudes digitales están encontrando un porcentaje de oportunidades laborales mucho más elevado.

Dime qué estudias… y te diré si tendrás trabajo

Y claro, a la hora de conseguir un empleo estable y de calidad hay un factor clave: el nivel formativo (básico, superior…) y, sobre todo, la materia o sector en el que cada cual se ha formado. Una decisión que se toma a una edad medianamente temprana, pero que acaba siendo decisiva a la hora de prever el nivel de empleabilidad y la calidad del empleo al que se pretende aspirar.

Por ello, las posibilidades de conseguir un empleo en función de lo estudiado acaban convirtiéndose en el factor más importante y más tenido en cuenta por los millones de españoles que cada año eligen una u otra carrera universitaria a partir de la cual empezar a construir su propio futuro laboral.

Y en este sentido, hay carreras y carreras: desde el éxito de los estudios de Medicina o Radioelectrónica Naval (en su segundo ciclo), con un 100% de ocupación laboral, hasta el escasísimo éxito de la diplomatura de Turismo (15%) o la de Relaciones Laborales (21%).

Perfil del nuevo empleado

– Digital

Es una de las obligaciones del mundo laboral actual, por dos motivos. En primer lugar, porque internet es el ecosistema principal de todas las empresas digitales; en segundo, porque incluso las compañías tradicionalmente offline están virando hacia el entorno digital para aumentar, desde ahí, su nicho de posibles clientes y sus oportunidades de negocio.

– Multitarea

La especialización laboral es una buena receta para destacar en una parcela determinada, pero ya no basta con eso. A día de hoy, las empresas son cada vez más interdisciplinares y sus nichos de negocio más diversos. Por eso cada vez son más las compañías que necesitan perfiles multitarea; no porque necesariamente un empleado se vaya a encargar de hacer cosas muy distintas, sino porque en su día trabajará mano a mano con perfiles muy distintos al suyo que, como poco, debe saber entender.

– Horizontal

Frente a las tradicionales estructuras verticales, en las que los trabajadores sólo mantenían contacto con otros empleados inmediatamente superiores o inferiores, las dinámicas laborales actuales implican cada vez más la necesidad de que distintos departamentos trabajen de la mano. Por eso, el empleado ya no tiene que ser experto en su propia tarea: como poco, tendrá que conocer y entender la de las personas que trabajarán a su lado.

– Intraemprendedor

El auge de la moda emprendedora ha traído consigo un perfil interesante dentro del modelo laboral español. Nos referimos al intraemprendedor, una figura cada vez más frecuente en grandes empresas que, ante las dificultades de su propia logística interna a la hora de innovar, se encarga de lanzar nuevos proyectos, área o nichos de negocio dentro de la compañía.

Fuente: El Confidencial (24/09/15)