Diez consejos para mostrar un proyecto a un inversor y convencerlo

La búsqueda de financiación para afrontar un nuevo negocio o conseguir ampliar el ya existente no es fácil, como tampoco lo es el momento de presentarse ante un inversor. Por lo general, si el emprendedor no está preparado para ello pueden surgir nervios.

1. Llamar la atención del inversor al inicio de la intervención

A la hora de enfrentarse a un interlocutor, lo primero es saber llamar la atención durante nuestro elevator pitch o, dicho de otra manera, la presentación del negocio, idea o empresa a un potencial inversor en breves minutos. Antes de explicar en qué consiste dicho proyecto, lo principal es impactar al inicio de nuestra presentación para conseguir captar el interés por parte del futuro inversor desde el inicio hasta el final del discurso. De hecho, durante el comienzo de la presentación hay que evitar que los nervios o incluso las pequeñas dudas puedan jugar una mala pasada y afectar negativamente al resto de la presentación.

2. Explicar en qué consiste el proyecto de manera directa

Ser breve, directo, conciso y concreto es fundamental para explicar al inversor de qué trata el negocio o proyecto en el que podría estar interesado en invertir. De esta forma, si al interlocutor no le queda claro en qué consiste la idea, perderá todo tipo de interés en seguir escuchando hablar sobre ella y, además, no creerá jamás en tu capacidad para vender el produto a un cliente, por lo que descartará el proyecto de inmediato. También es importante tener en cuenta otros posibles errores. Uno de los más frecuentes es hablar más sobre el producto que del modelo de negocio.

3. Generar confianza y mostrar pasión por nuestro proyecto

Está claro que todo aquello que se presenta con entusiasmo tiene muchas más posibilidades de llamar la atención y conseguir su objetivo. Así, cuando un emprendedor o empresario explica con pasión su proyecto y deja claro en cinco minutos que su vida es esa empresa, tiene muchísimas más posibilidades de éxito. No obstante, hay que tener cuidado de no pasar del entusiasmo a la pesadez o, incluso, al aburrimiento. Por ello, hay que ser consciente de que lo poco agrada y lo mucho cansa. Además, es probable que el potencial inversor haya escuchado otras propuestas, por lo que no hay que agobiarle.

4. Definir el público objetivo al que se dirige el negocio

Una vez que hemos explicado en qué consiste nuestra idea, y que además lo hemos hecho de manera clara, concisa y mostrando pasión por lo que hacemos, lo siguiente es explicar a qué tipo de personas va dirigido el negocio. Dependiendo del modelo de proyecto que se presente o del motivo por el que se busque inversión, es fundamental saber quién va a ser el cliente principal del producto o servicio. En este punto, hay que demostrar que se conoce el sector en el que se desea entrar, los competidores y el lugar que vamos a ocupar en dicho contexto. Es muy importante demostrar que existe un nicho de mercado.

5. Conocer al interlocutor para saber a quién enfrentarse

Dice muy poco de un emprendedor o empresario no conocer al interlocutor al que va a presentar su idea con el objetivo de conseguir inversión. Por ello, es imprescindible investigar el perfil del inversor antes de cualquier presentación para saber con quién está hablando, en qué tipo de empresas invierte y cómo suele trabajar. De esta manera, se puede preparar un discurso personalizado al máximo para la persona con la que va a hablar, conociendo sus particularidades, haciendo hincapié en los aspectos más relevantes para él y buscando llamar su interés. Todo ello, permite afrontar con mayor seguridad la presentación.

6. Mostrar el potencial de crecimiento y la rentabilidad de la idea

Para que un proyecto funcione lo principal es que sea rentable y tenga posibilidades de crecer con el paso del tiempo, ya sea desde sus inicios o porque se pretenda internacionalizar el negocio. Esas son dos de las primeras razones por las que un inversor depositaría su confianza en un proyecto e invertiría en él. No osbtante, a la hora de dar cifras es importate ser cautos y no avasallar con muchos datos. También se considera un grave error ofrecer datos falsos o hinchar el valor de la empresa. En el segundo de los casos, dicha valoración deberá ir respaldada por argumentos convincentes y razonados.

7. Explicar al inversor su papel dentro del proyecto

Presentar el negocio y además demostrar que se trata de una idea razonablemente rentable no es suficiente. El inversor también debe conocer los motivos por los que un emprendedor o un empresario ha decidido elegirle a él para invertir en su negocio en vez de a otros, además de explicarle el papel que jugará dentro de la empresa. Aunque lo que más le interesa es cuánto dinero ganará si invierte finalmente en dicho negocio, también son importantes cuestiones como cuánto tiempo cree que estará antes de poder salir o cómo espera hacer que la nueva compañía valga mucho más.

8. Dejar hablar y escuchar comentarios durante la presentación

El tiempo establecido por cada pitch es muy corto, por lo que cualquier inicio de diálogo con la audiencia alargará el tiempo de exposición y permitirá tener una ventaja frente a otros. Sin embargo, es imprescindible reservar una parte del tiempo de presentación para que el inversor pueda realizar preguntas sobre las dudas que le surjan. Si se invierte todo el tiempo en explicar lo maravilloso que es el producto y cómo va a cambiar el mundo, es bastante probable que no vuelva a saber nada del interlocutor, puesto que no ha tenido tiempo de dialogar con él sobre el proyecto .

9. Evitar defenderse o justificarse de las críticas

No aceptar una crítica o una visión distinta es un aspecto que causa mala impresión, especialmente si es un inversor el que está ofreciendo su punto de vista. Tanto si la persona está de acuerdo con la crítica como si no, es recomendable no invertir el escaso tiempo que tiene en demostrar que sabe más que él y que su camino es el correcto. Hay que tener en cuenta que el inversor es una persona que ve centenares de proyectos distintos a lo largo del año, por lo que su análisis además debe ser tomado como una ayuda para mejorar la idea y no como algo negativo que vaya en contra del proyecto.

10. Conseguir una reunión posterior como objetivo final del desafío

Una vez que se ha conseguido ilusionar al inversor y que a este último le convence el proyecto tras ver que es rentable y tiene posibilidades de crecimiento dentro de un mercado, el objetivo final es despertar el interés del inversor para conseguir que quiera tener otra reunión y así conocer más a fondo el proyecto y seguir avanzando en la posible financiación. De esta manera, queda demostrado que la presentación ha sido un éxito y que el interlocutor tiene claras intenciones de entrar en el negocio que se le plantea. En una posterior reunión, se tendrá más tiempo para profundizar en la idea o línea de negocio.

Fuente: El Economista (23/07/2015)