¿Cuánto deberías ganar mensualmente para ser autónomo?

Antes de pensar en darte de alta como autónomo, es importante hacer una buena previsión donde estudiar si el proyecto es viable y si salen los números.

Para calcular el beneficio neto que ganarías como autónomo hace falta considerar ciertos parámetros y obligaciones que se tiene, no solo con Hacienda y con la Seguridad Social, sino también con las necesidades del propio negocio que vayas a poner en marcha.

Veamos en este artículo cuánto necesitarías facturar al mes para obtener una ganancia de 1.000 €.

Cuándo tienes que darte de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA)

La duda sobre si compensa o no ser autónomo suele venir de la mano de otra cuestión: ¿cuándo tengo que darme de alta como trabajador por cuenta propia?

La ley puede generar ciertas dudas dado que no define ni concreta un importe mínimo anual como requisito. Lo que sí dispone la normativa de la Seguridad Social es que el alta de un trabajador por cuenta propia debe darse cuando se lleve a cabo una actividad lucrativa de manera regular, directa  y habitual.

Cuánto hay que facturar para ganar 1.000 € como autónomo: ejemplo práctico

Pongamos un ejemplo del cálculo que tenemos que realizar para alcanzar un beneficio de 1.000 € netos al mes como autónomo. Tomemos el caso de un profesional que crea páginas webs para empresas.

Su facturación deberá rondar los 2.500 € por mes. Ya que debemos restar impuestos, la cuota de autónomos y otros gastos adicionales.

Hagamos el cálculo detallado.

El primer tributo al que tendrá que hacer frente el diseñador es la cuota mensual de la Seguridad Social. Esta puede variar, pero su aportación mínima es de 286,15 € al mes a partir del tercer año. Los nuevos autónomos podrán acogerse a la tarifa plana que es de 60 euros al mes el primer año y la mitad de la cuota total el segundo.

Por otro lado, habrá que descontar un porcentaje en concepto de IRPF. Este puede ser diferente en función de la categoría que corresponda al Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Si consideramos que tiene un gravamen del 15%, la cantidad sería de 375 € al mes.

No hay que olvidarse de contabilizar el IVA. Este impuesto es un tributo que asume el cliente final. Como autónomo, el diseñador es un mero intermediario, ya que cada trimestre deberá pagar a Hacienda la diferencia entre el IVA cobrado y el repercutido. El problema surge cuando miramos la cuenta bancaria y el IVA nos inflan los números (hasta que toca devolverlo).

Por eso, de los 2.500 € iniciales vamos a restar 450 €, que corresponde al 21% del IVA incluido en tu factura. Este impuesto se calcula una vez deducido el IRPF.

También existen otros gastos variables para que la actividad se lleve a cabo. En este caso concreto el diseñador trabaja –supongamos– en un espacio físico y paga diferentes servicios relacionados con Internet y herramientas premium.

Realizaremos un cálculo de 300 € para alquilar un espacio coworking, que le ayuda a reducir costes. A esto le sumaremos 100 € por Internet y los diferentes softwares que utiliza en su día a día. Es decir, tenemos un total de 400 € de gastos adicionales.

¿Cómo sería la cuenta final?

2.500 € – Cuota Autónomo (286,15 €) – IAE (375 €) – IVA (450 €) – Gastos varios (400 €) = 988, 84 €.

Es importante mencionar que este ejemplo es orientativo, puesto que existen infinidad de situaciones que hacen variar los valores a deducir. El IRPF y los gastos de cada negocio pueden suponer una diferencia significativa en función de cada caso en particular.

Por otra parte, no hemos contemplado otros gastos que pueden surgir, como la reparación del equipamiento de trabajo, el impago de algún cliente o las vacaciones.

Fuente: Infoautónomos