Cómo convertir Twitter en un aliado para encontrar empleo
A pesar de las dudas que genera, la oposición a su uso en muchas empresas y el hecho de que en mercados como el español aún sea una ‘pequeña aldea global’, la red social Twitter puede ofrecernos ventajas cuando se trata de buscar empleo, una tarea cada vez más complicada en la que el impulso del ‘microblogging’ puede suponer un empujón definitivo.
En los tiempos que corren, cualquier ayuda para encontrar un empleo es bienvenida. En este escenario de dificultades, ¿es Twitter una ventaja competitiva? Para muchos, la red social aún no está tan madura (sobre todo en mercados como el español) como para servir de empujón eficaz para solucionar problemas y necesidades laborales. Quienes se mueven en este entorno aún son una minoría. Se trata (en España, por supuesto) de un mundo paralelo, algo parecido a un microcosmos.
Lo cierto es que aún hay mucha gente a la que Twitter le importa más bien poco. Y lo que es peor para aquellos que buscan una nueva arma en la búsqueda de trabajo, desde el punto de vista de las empresas, no se ve demasiado interés en el ‘microblogging’. Tampoco es ningún secreto que muchas empresas con sus respectivos jefes no ven con buenos ojos el uso de las redes sociales en horario de oficina.
De lo real a lo virtual
Si está pensando en fiar parte de su futuro profesional a las redes sociales, debe recordar lo que sostiene Andrés Pérez, consultor en posicionamiento personal: «Su trabajo está en la vida real, no en la red. Los verdaderamente influyentes son aquellos que tienen contactos reales, y las decisiones importantes se siguen tomando en los mismos sitios».
Su trabajo está en la vida real, no en la red. Los verdaderamente influyentes son aquellos que tienen contactos reales, y las decisiones importantes se siguen tomando en los mismos sitios
En todo caso, tampoco hay que menospreciar el hecho de que el gran escaparate de las redes sociales y profesionales que nos aportan un valor añadido y una marca personal y profesional, se convierte en una ventana indiscreta que habla de lo que somos, de lo que hacemos y sabemos. A nuestros perfiles en esas redes acuden cada vez más empresas para buscar candidatos y comprobar información sobre nosotros.
La investigación sobre la actividad en redes sociales se está convirtiendo en una parte automática del proceso de contratación, y las compañías utilizan desde hace tiempo estas plataformas para verificar lo que los candidatos incluyen en sus currículos.
Es evidente que cada vez más reclutadores se hacen expertos en bucear en la vida que los posibles empleados tienen en la red. Un ejemplo y consecuencia real de esto es que, desde principios de septiembre, la compañía Social Intelligence ha comenzado una nueva actividad encomendada directamente por el gobierno estadounidense y que consiste en establecer un estándar o una especie de baremo de la actividad de un candidato en las redes sociales durante los últimos siete años, que podrá servir a las empresas dispuestas a contratarlo. Su currículo en estas redes puede llegar a tener más importancia si cabe que la propia vida laboral.
Sobre esta base, el uso de Twitter para mejorar nuestra posición no parece descabellado. Nisa Chitakasem, que ha escrito el libro 125 claves para encontrar trabajo en Twitter, explicaba recientemente en la revista Forbes algunos trucos para usar la red social en términos de mejora laboral.
La clave es trabajar y creerse la imagen que se construye. Sin olvidarnos de ser fieles a nuestros principios y valores. Esto impide generar desconfianza
Entre otras cosas, Chitakasem recomienda usar nuestra bio para explicar muy bien lo que deseamos en nuestros movimientos de carrera profesional y lo que podemos aportar a un possible empleador. También considera fundamental tuitear con regularidad (al menos varias veces al día), porque de lo contrario «resulta mucho más complicado construir ciertas relaciones con los seguidores, y se pueden perder oportunidades que ofrece Twitter como herramienta para buscar empleo».
Resulta clave inspirar confianza. En este sentido, parece claro que mentir genera una sensación de falsa modestia o de falsa identidad. Katie Ledger, miembro del ‘Brand-You Board’ de Linkedin, opina que «ser genuino tiene muchas ventajas», pero uno de los pilares de una identidad digital sólida y verdaderamente efectiva tienen que ver con que ésta se base en la verdad. La clave es trabajar y creerse la imagen que se construye. Sin olvidarnos de ser fieles a nuestros principios y valores. Esto impide generar desconfianza que, como asegura Andrés Pérez, «es el camino más rápido para arruinar la propia reputación». También se deben evitar los vaivenes. Lo que se pone debe ser claro y ha de ayudar a entender el perfil profesional.
En su retahíla de consejos, Chitakasem también recomienda «pensar de un modo expansivo acerca de a qué gente se debe seguir». Las posibilidades incluyen a expertos o blogueros en el campo de actividad en el que nos movamos; portales de empleo; publicaciones que incluyan alertas de noticias; expertos en desarrollo de carrera y coaches; cazatalentos y profesionales del reclutamiento; asociaciones de alumnos, escuelas de negocios o empleadores potenciales, personal de recursos humanos que esté contratando para la posición que uno está buscando y lo que denomina «gente clave», que son personas a las que uno no conoce y a las que nunca ha visto, pero su relevancia implica que el contacto servirá para aprender acerca de un sector determinado, a comprender la estrategia y la visión de determinadas compañías y lo que puede significar trabajar en ellas.
Fuente: Expansión (2/12/2011)