Cambian los requisitos empresariales para despuntar entre los directivos Además de saber inglés, es valorable haber vivido en otros países

Es un hecho: con la crisis han cambiado los hábitos de consumo, así que para conseguir potenciar las ventas, los directivos necesitan habilidades que hasta ahora no se habían tenido en cuenta.

Así se desprende del informe La visión de los CEO 2015-2020 elaborado por la consultora Odgers Berndtson y para el que han entrevistado a más de 300 altos directivos de empresas tan diversas como Campofrío, Gas Natural, Rico, Unilever, Iberia o Rosa Clará. Y entre todos ellos han sacado en claro que, entre las principales características y cualidades de los consejeros delegados que triunfarán en el próximo lustro, están la ética, la imagen y, sobre todo, ser humilde y cercano y estar atento a las demandas de sus colaboradores.

No sólo la crisis hace que el perfil de los altos directivos esté cambiando; la globalización también marca nuevas habilidades imprescindibles para optar a según que puestos. Las grandes dotes de comunicación en el mercado nacional ya no son suficientes, y los ejecutivos deberán desenvolverse con soltura en cualquier lugar del mundo, porque descartar a clientes extranjeros es quedarse atrás en la carrera del éxito empresarial. Por ello es muy valorable que, además de saber inglés, las personas que tengan puestos de responsabilidad hayan vivido experiencias fuera de nuestras fronteras.

Si bien es cierto que sin consumidores el producto carece de sentido; cualquier buen directivo debe tener hoy más que nunca presentes a sus empleados.

Recursos Humanos siempre ha tenido su departamento, pero ahora cualquier jefe debe saber darle la vuelta a la desmotivación, el cansancio, los departamentos estancados y la rigidez de sus empleados. Para ello es fundamental que los trabajadores se sientan parte importante del equipo de la empresa.

La innovación

Mucho se habla de la innovación como motor de la economía española, pero lo cierto es que la inversión pública y privada en nuestro país en I+D+i ha caído un 7% en el periodo 2008-2014.

El día a día es complicado y la fuerte cultura empresarial impide la investigación y el desarrollo como se debería en las compañías. Así que apostar por la creatividad y el desarrollo va a ser siempre un valor diferencial. Y para que la estrategia termine de funcionar, es imprescindible tener al cliente como aliado y escuchar tanto sus alagos como sus quejas. Puesto que de estas últimas es de donde más ideas de mejora del producto final se pueden sacar.

Para que todos estos pilares tengan sentido, cualquier directivo debe elaborar una estrategia antes de ponerse manos a la obra. En ésta no se debe dejar de analizar los competidores y hay que tener en cuenta que la competencia tradicional ha quedado atrás y que se pueden sacar ideas de cualquier empresa que esté haciendo bien su trabajo.

Fuente: El Economista (25/03/2015)