Así sobrevivió mi ‘startup’ a los primeros años de vida Cuatro empresas de éxito narran los aciertos de su aventura

Las cifras son demoledoras. Se estima que el 90% de las startups que se lanzan en España muere al llegar a los cinco años de vida. Por eso, sin dejar de pasar por alto todos los errores que se cometen y sin olvidar las trabas que los emprendedores encuentran en su camino, a veces también resulta útil analizar lo que se ha hecho bien. “Emprendiendo se te olvidan cosas muy importantes. Una de ellas es saber disfrutar en los momentos que tienes que hacerlo. Aprender a celebrar las victorias”, explicó el cofundador de la firma de zapatillas Pompeii, Jaime Garrastazu, durante la jornada El secreto del éxito, organizada la pasada semana por Diálogo, asociación que promueve el acercamiento entre las empresas españolas y francesas.

Emprender no es un camino de rosas. Surgen los problemas desde el primer momento. “Desde fuera da la sensación de que en una startup todos los socios están alineados y que, como comparten proyecto y objetivo, también tienen la misma opinión. Pero no, aparecen las tensiones y choques”, prosiguió Valérie Aucouturier, directora de Sentidea, firma de distribución en España de marcas francesas premium. Por esa razón, es necesario que los problemas no pesen más que los aciertos.

Para evitar las dificultades conviene tener bien asentados ciertos puntos. Uno de ellos es el que atañe a la financiación. Y es que, como razona Aucouturier, si un tercio de las startups no pasa del primer año de vida, es en parte por esta causa. “A veces te lanzas y no sabes si vas a poder aguantar, por eso tienes que estar preparado. Si entras en crisis y no lo tenías previsto, probablemente tengas un serio problema”. Más allá de este punto, hay otras claves por las que un proyecto puede sobrevivir: “La constancia y la perseverancia”, resumió Ana Cervera, directora de marketing en España de Cheerz, firma de impresión y almacenamiento de fotos digitales. Pero sobre todo, añade, “la diferenciación”.

En ello coincidió el fundador y consejero delegado de Palibex, red española de transporte urgente de mercancía, Jaime Colsa. “Si nosotros seguimos vivos cinco años después es gracias a la diferenciación, tanto del servicio como de los empleados. Hoy se habla mucho de la importancia del salario y de la conciliación de los profesionales. Nosotros nos preocupamos de esto desde el primer momento y también ha sido un factor diferenciador”, explicó.

Es innegable que una buena idea tiene parte del camino hecho. Más aún si acompaña la constancia. Pero hay otros matices en la aventura empresarial. Los cuatro emprendedores coinciden en lo trascendental que resulta rodearse de buenos socios y partners. “De vender zapatillas a tener una empresa consolidada, todo cambia. Por eso, en los procesos de crecimiento, no contar con la experiencia de terceras personas en un síntoma de ego a evitar”, comentó Garrastazu. Así, en la firma de zapatos han apostado por contratar asesores externos que aporten ideas más relacionadas con el mundo de la empresa, “esas que nosotros como emprendedores aún no tenemos asimiladas. Porque no tener jefe también supone algunos hándicaps”.

No es fácil encontrar el perfil idóneo. “De hecho, en la elección pesa mucho más la perseverancia y la visión de equipo que el propio currículum del candidato. Hay que tener en cuenta que una startup vende algo diferente en un mercado saturado”, apuntó Aucouturier. Los viejos métodos no valen. Además, contar con otros profesionales también es útil en dirección descendente: “En la startup también hay que aprender a delegar; si no, te estancas. Es realmente algo difícil, porque cuando has aprendido a hacer algo y le has cogido el truco, tienes que ceder el testigo a otro”, recordó Cervera. Pero es ley de vida: “Si quieres hacer algo diferente, no tienes más remedio que salirte de lo que está preestablecido”, resumió Colsa.

También es útil olvidar ciertos rumores que se han extendido: “Yo he sido ejecutivo en varias compañías y pensaba que no se podía trabajar más horas. Desde que lanzamos la empresa he visto que sí. Ser emprendedor requiere de más esfuerzo del que se piensa”, señaló Colsa. “Por eso la gestión del tiempo es muy sensible; el volumen de trabajo en una startup es realmente brutal”, reconoció Cervera.

Otros pequeños trucos a tener en cuenta

“¿Sabes de aquel amigo que, hagas lo que hagas, te va a decir que lo has hecho mal?”, se preguntó Garrastazu. “Es bueno rodearse de gente así”. Porque el emprendedor vive muchas veces inmerso en su burbuja y, aunque piense que un servicio o producto es perfecto, es el mercado el que manda, “y siempre viene bien tener otras opiniones”. Así, en los primeros años, cuando se cruzaba por la calle con alguien que calzaba un par de sus zapatillas, le preguntaba por posibles errores o mejoras.

También hay que preguntarse si todos los servicios de marketing, producción o comunicación que se contratan “son útiles de verdad”, afirmó Aucouturier. No se puede desperdiciar dinero.

Fuente: Cinco Días (30/01/2017)