Ante la automatización, la hostelería y el comercio siguen siendo motores del empleo

Se habla mucho de la automatización y como los robots acabarán con la necesidad de muchos puestos de trabajo. Es cierto en muchos sectores, pero no tanto en otros. Lo vemos en nuestro país cuando se inicia la temporada de verano, que suele mejorar sus datos de empleo en Semana Santa, tal y como se publicó ayer. Y es que ante la automatización, la hostelería y el comercio siguen siendo motores del empleo.

Porque automatizar un puesto de trabajo requiere una inversión importante. Y las empresas buscan un rápido retorno de la misma. Para ello se requiere en primer lugar un aumento de la productividad gracias a la utilización de la tecnología y no en todos los sectores se va dar dicho aumento. Si hablamos de sectores donde los picos de producción se concentran en solo unos meses la cosa cambia.

Además también tienen que ver con la atención al cliente. Se puede mejorar con la ayuda de la tecnología, apoyar el negocio en estas soluciones para que un solo empleado pueda atender a un mayor número de personas. Pero esto a su vez también choca con las necesidades de formación del personal eventual que se contrata en dichos sectores.

Por lo tanto acabamos por entrar en un círculo vicioso, donde no se invierte en tecnología porque la rentabilidad se obtiene más a largo plazo, y se contrata más personal menos cualificado porque no se ha invertido en tecnología. El resultado es creación de empleo de baja calidad, temporal y con bajos salarios.

Es un aspecto que tienen que mejorar muchos de los negocios del sector servicios de nuestro país. Un reto que tienen pendiente, pero que muchos de los propietarios de este tipo de negocios, muy ligados al turismo y con una gran cantidad de afluencia de clientes se resisten a dar el paso. Llevan trabajando de esta manera toda la vida y no ven motivos para cambiar.

Y sin embargo son los primeros que pueden verse afectados por un descenso de la llegada de turistas, especialmente si están trabajando con un mercado extranjero, que es menos fiel. Lo mismo un año están veraneando en Alicante que al siguiente en Túnez o Croacia. Y ante un descenso en ventas, aquí si la competencia empezará a ser feroz y muchos no estarán preparados para sobrevivir.

Fuente: Pymes y Autónomos