Adivina cuál será tu empleo del futuro

Tu puesto de trabajo, muy probablemente, pronto dejará de existir. En un evento organizado por Startup Academy esta misma semana, el empresario Abel Linares –conocido por su papel en la fusión de Terra y Lycos– ofrecía un impactante titular: «El 70% de los bebés de hoy trabajará en profesiones que aún no se han inventado».

Otro informe reciente, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, concluye que más del 70% de los jóvenes considera que su empleo actual o el último que tuvo guarda o guardaba nula o poca relación con su capacitación.

El sistema educativo afronta el urgente reto de reconvertirse en una formación más práctica y orientada a las necesidades reales de las empresas. Y esto atañe no sólo a España, sino a todo Occidente. Y es urgente.

En un contexto de grave crisis económica y tasas insostenibles de paro, parece paradójico que las empresas tecnológicas afirmen no encontrar el talento suficiente en los países occidentales. Según datos de la Comisión Europea, para el año que viene habrá un déficit de 700.000 profesionales especializados en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Son los denominados profesionales CTM (por sus siglas en inglés).

El déficit es ya una realidad

En EEUU, un estudio de Accenture sobre la industria manufacturera estadounidense apuntaba a que las empresas creen que su facturación sería al menos un 11% superior si lograran encontrar el suficiente personal cualificado. Y en Alemania, hace ya un año y medio que la industria reconocía tener 70.000 vacantes en puestos de ingeniería.

Si bien el futuro es imposible de predecir, resulta evidente que la oferta de empleo se concentra, y cada vez lo hará en mayor medida, en torno a las especializaciones (universitarias y de FP) en el mundo digital. Según estimaciones de la Comisión Europea, frente al 3% de crecimiento estimado para el conjunto del empleo en 2020, las ocupaciones CTM crecerán un 14%.

Se han creado ya decenas de puestos inéditos, desde el conocido community manager hasta perfiles de alta responsabilidad dentro de la estrategia empresarial como el data scientist, el growth hacker o el especialista en conversión de leads. En la actualidad, hay personas que viven de su videoblog en YouTube, de echar piropos vía móvil o de hacer la tecnología más amigable. Empleos impensables –y a veces incomprensibles– para muchos Baby Boomers. Piloto de drones, diseñador de órganos (con una impresora 3D)…; es difícil imaginar siquiera los puestos que están por llegar.

¿Es lo mismo un community manager que un social media manager?

Ahora bien, el mundo digital está creciendo tan rápidamente, y las nuevas profesiones brotan a un ritmo tan vertiginoso que muchas empresas, simplemente, no han tenido tiempo de digerirlo y no saben bien ni cómo designar a esos nuevos puestos de trabajo. Joana Sánchez, presidenta de la escuela de negocios digitales Inesdi¡, explica que «el experto en analítica web que se necesita hoy no tiene los conocimientos que la empresa requerirá dentro de sólo unos meses». Sólo siete años después del nacimiento del primer iPhone, la asociación aDigital ha considerado «poner orden» en la denominación de las nuevas profesiones existentes en el mundo tecnológico, y así ha reducido el listado a 25 (ver información adjunta), de las que la inmensa mayoría no existía hace apenas cuatro años.

Matemáticas es una carrera con salidas…

Denominaciones y otras confusiones aparte, lo cierto es que, hoy por hoy, estudiar la carrera de Matemáticas tiene muchas salidas, y no sólo en la docencia. Un matemático puede, por ejemplo, convertirse en experto analista web o data scientist. En realidad, hace años que las empresas debusiness intelligence contratan a este tipo de perfiles para ayudar a definir el peso relativo de cada parámetro sobre las previsiones de negocio, por ejemplo.

El problema es que el porcentaje de estudiantes que se decanta por las carreras científico-técnicas está descendiendo. Las cifras más recientes de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) hablan de que hoy hay un 21% menos de alumnos en las carreras como Ingeniería y Arquitectura que hace ocho años.

Para Maribel Morales, directora de OJDinteractiva (licenciada en Ingeniería Informática e Ingeniería Técnica), no se trata tanto de una falta de vocación entre los jóvenes, como de «una falta de orientación sobre las funciones y competencias profesionales demandados en el mercado laboral actual».

… Y la formación también

Hasta la fecha, se han creado distintas iniciativas de formación y especialización en áreas puramente tecnológicas. Aunque no cubren toda la demanda –»no damos a basto», reconoce un ejecutivo de una de ellas–, donde existe un mayor gap es en las especialidades en la economía digital. «Así como la formación en desarrollo web y móvil se empezó a abordar por parte de las empresas hace ya unos pocos años, han tardado más en darse cuenta de que necesitan expertos en estrategia, negocio y márketing digital», coincide la presidenta de Inesdi.

En este sentido, los economistas, licenciados en Periodismo, Publicidad, Márketing y todos los profesionales de los contenidos en general, tienen una gran oportunidad. Por ejemplo, «un economista que entienda el lenguaje de programación y tenga nociones de analítica puede ser un experto en «big data», agrega.

¿Acaba el sistema educativo con nuestra creatividad infantil?

«Los niños tienen todas esas habilidades que las empresas están demandando: creatividad, inquietud, capacidad de trabajar en equipo… El sistema educativo, no obstante, nos enseña a estudiar, escuchar y repetir. Con los años, esas cualidades se pierden», opina Fernando Becerra, socio fundador de Startup Academy.

Esta semana se presentó en Madrid Start Tech. Se trata de una iniciativa promovida por la Fundación Telefónica, Accenture, Altran, HP, Indra y Microsoft, que tratará de inculcar las vocaciones científico-técnicas desde la escuela. «Hay que actuar cuando aún son pequeños. En Educación Infantil, todo son experimentos sorprendentes. En Primaria se ralentiza ese tipo de formación y para cuando los alumnos llegan a Secundaria, simplemente la experimentación ha dejado de interesarles», expuso Begoña Rodríguez, profesora de Tecnología del Instituto Calderón de la Barca.

Ya en 2008, Justin Dillon, profesor de Ciencia del King’s College londinense, publicó un artículo –que aparentemente tuvo bastante repercusión en su momento– en el que advertía que la mayoría de estudiantes desarrollan su interés y aptitudes hacia la ciencia antes de los 14 años.

«Ni la escuela, ni la universidad, llegarán jamás a especializar a sus alumnos, pero una educación más práctica, donde el profesorado haya trabajado como profesionales de otros sectores, sí pueden aportar las cualidades que permitirán a ese estudiante convertirse en un trabajador inquieto y dinámico. Más allá de los conocimientos en sí, es importante que adquieran ese tipo de habilidades», insiste Becerra.

El desastre del informe PISA

Los pésimos resultados del último informe PISA hicieron saltar todas las alarmas. Este estudio se realiza cada tres años a alumnos de 15 años y versa sobre áreas consideradas clave, como la comprensión lectora y las matemáticas. Entre las conclusiones más desoladoras de la última edición, destaca la siguiente: un alumno medio español de 15 años sería capaz de interpretar en un mapa de carreteras la ruta más corta –cuando el tiempo de cada itinerario viene dado–, pero tendría problemas para manejar y programar aparatos electrónicos más complejos, aunque igual de cotidianos, como un MP3 o un termostato.

El propio director de PISA, Andreas Schleicher, concluyó que la enseñanza en España «se centra demasiado en la reproducción» de los conocimientos que se adquieren y no en extrapolarlos para resolver situaciones prácticas. Y añadió que «la empleabilidad no depende solo de recordar lo que se ha aprendido, sino de aplicar las destrezas en la resolución de problemas».

«¿Necesitan los colegios enseñar inglés? No, necesitan enseñar a negociar en inglés; formar a los alumnos en las verdaderas demandas de las empresas. Y la tecnología te facilita hacerlo», valoraba en un reciente reportaje de este periódico Javier Mateos, fundador de la plataforma online para colegios Study2gether.

¿Qué se está haciendo ya en España?

Antes de dejarnos arrastrar por la negatividad, cabe destacar que en España existen iniciativas ambiciosas para revertir esta situación, incluyendo la nueva Start Tech. «No podemos caer en el mito de Casandra –que al no corresponder al amor de Apolo fue condenada a que nadie la creyera, ni siquiera cuando advirtió de que no dejaran entrar en la ciudad al caballo de Troya–. Casandra llama a la melancolía, pero no hace nada para remediarlo», dijo Manuel Pimentel, exministro de Trabajo (dimitió en febrero de 2000), durante la presentación de esta iniciativa.

Varias escuelas privadas y talleres independientes promueven integrar en la educación Primaria y Secundaria materias relativas a la ciencia, la tecnología, la robótica o las finanzas.

Más inmediata será la adopción en las clases de ordenadores, tabletas y pizarras digitales que, no obstante, no podrán exprimir todo su potencial mientras no se extienda la oferta de libros de texto digitales. «La tecnología aporta mayor motivación y grado de atención; fomento del trabajo en equipo; facilidad para intercambiar información entre profesores y alumnos; autonomía y motivación en la toma de decisiones; y menos pasividad en el aula», defienden desde el colegio Liceo Europeo.

Las universidades y escuelas de negocio, por su parte, «están poniendo en marcha másteres universitarios focalizados a estas nuevas profesiones», indica Morales.

El reto de las empresas: favorecer la formación continua

En un entorno donde los conocimientos quedan rápidamente obsoletos, ¿cómo formar a los profesionales a tiempo? La respuesta está en la formación continua, pero «sin caer en la sobrecarga de información», advierte Morales. En un futuro próximo, no sólo los médicos y abogados, sino todos los profesionales, tendrán que estar al día en los últimos avances en su campo. Webinars y moocs se convertirán en algo rutinario, para todos los niveles.

Las empresas jugarán un papel relevante en esta formación. La compañía Kimberly-Clark, por ejemplo, ha implantado ya una plataforma de e-learning con funcionalidades de red social, desarrollada por la start up española Cramway, donde los empleados pueden comentar los contenidos, señalar si les gustan, aportar documentos que los complementen, subir vídeos explicativos, etcétera. «A las empresas no les resulta fácil imponer la formación a sus trabajadores. Pero si haces la experiencia más entretenida, lograrás que se involucren mucho más», sostiene Fausto Escrigas, uno de los fundadores de Cramway.

Y volviendo a la cuestión de las escuelas: «Un sistema educativo más práctico, desde muy pequeños, ayudaría a asentar una actitud abierta al autoaprendizaje», concluye Sánchez.

LA OPORTUNIDAD EN DATOS

* Según la Comisión Europea, el año que viene habrá un déficit en el Viejo Continente de 700.000 profesionales ‘CTM’ (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). En la actualidad, el déficit ronda las 500.000 vacantes.

* La industria alemana ha reconocido, por ejemplo, 70.000 vacantes en puestos de ingeniería.

* En España, se calcula que faltan más de 41.800 profesionales ‘CTM’.

* No obstante, en los últimos diez años, el porcentaje de estudiantes que ha decidido estudiar carreras relacionadas con el ámbito científico-tecnológico ha descendido un 15%.

* «El 70% de los bebés de hoy trabajarán en profesiones que aún no se han inventado», dijo en un reciente evento Abel Linares.

Fuente: Expansión (29/09/2014)