6 habilidades que necesitas para ser un emprendedor de éxito

Todo aquel que piensa en montar su propio negocio sueña con llegar a ser un emprendedor de éxito. Sin embargo, no todo el mundo lo consigue. Por el contrario, nos encontramos con personas que parecen ser capaces de triunfar con todo tipo de ideas, metiéndose de lleno en negocios muy diferentes entre sí.

Lo que diferencia a unas personas de otras son las habilidades y capacidades que tienen. Aunque cada emprendedor es diferente, la estadística nos demuestra que hay una serie de características comunes que comparten la gran mayoría de los que han alcanzado el éxito. ¿Quieres saber si tú también las tienes? Pues echa un vistazo a esta lista.

ORIENTACIÓN HACIA EL LOGRO, FUNDAMENTAL EN EL EMPRENDEDOR DE ÉXITO

Poner un proyecto empresarial o profesional en marcha no es nada fácil, implica superar un gran número de obstáculos. Esto quiere decir que, al final, solo alcanzan el éxito aquellos que son lo suficientemente persistentes como para insistir e insistir hasta que consiguen lo que estaban buscando.

Un emprendedor debe estar orientado hacia el logro, y para eso necesita planificar muy bien las cosas y tener un cierto grado de flexibilidad. De nada sirve empeñarse en un proyecto que no va hacia adelante, en muchos casos es mejor hacer ajustes en el mismo e, incluso, cambiar radicalmente de proyecto.

LA INICIATIVA NO PUEDE FALTAR

Hay quien nace emprendedor y quien llega a serlo con el tiempo, pero todos los que han puesto en marcha su propio proyecto tienen en común un espíritu de libertad que les empuja a no depender de nadie. Quieren ser libres a la hora de trabajar y tienen mucha iniciativa. La combinación de ambas cosas les lleva a encontrar y explorar nuevas ideas de negocio.

Un emprendedor de éxito es, ante todo, una persona innovadora. No le teme al riesgo, confía en sí mismo y en sus capacidades y afronta todos los retos que se le pongan por delante. Por eso, si quieres ser un profesional exitoso, debes empezar por vencer las barreras que te están frenando y potenciar hábitos que te ayuden a tomar decisiones.

EL AFÁN POR APRENDER SIEMPRE ESTÁ AHÍ

Un emprendedor exitoso no es necesariamente una persona que lo sabe todo. De hecho, una de las características de estas personas es que son tan conscientes de sus debilidades como lo son de sus fortalezas. Pero no se conforman con ello, trabajan para superar esas debilidades y seguir desarrollando fortalezas.

Para conseguirlo, el aprendizaje es fundamental. Un emprendedor de éxito nunca llega a ser la mejor versión de sí mismo, siempre está en constante proceso de mejora. Marketing, contabilidad, recursos humanos… quien se pone al frente de un negocio y pretende triunfar con él debe tener claro que va a tener que seguir aprendiendo y formándose durante toda su vida. Si no lo hace así, corre el riesgo de quedarse obsoleto y que su éxito solo haya sido un mero espejismo.

LA AUTOCONFIANZA DEL EMPRENDEDOR DE ÉXITO

Todo aquel que decide poner en marcha un negocio y trabajar por su cuenta sabe lo duro que es tener que hacer frente a la dudas de los demás sobre la viabilidad de su idea, y mucho más cuándo esas dudas llegan por parte del entorno más cercano. No es extraño que la familia perciba el emprendimiento como una actividad de riesgo.

Por eso, si hay una cosa que necesita un emprendedor es tener confianza en sí mismo. Debe convencerse a sí mismo de que puede hacer aquello que se ha propuesto porque, si no lo hace, es posible que, por mucho que se esfuerce, no consiga su meta. Esto no significa que no haya que tener ninguna duda sobre el negocio, sino que hay que ser capaz de sobreponerse al miedo y seguir adelante si se está seguro de que el proyecto puede salir bien, aunque los demás piensen lo contrario.

RESILIENCIA, UNA HABILIDAD FUNDAMENTAL

Resiliencia parece haberse convertido en la palabra de moda, y en el caso de los emprendedores es una habilidad absolutamente necesaria. Es la capacidad para sobreponerse a las adversidades y aprender algo útil de las experiencias negativas. Es algo similar a la resistencia al fracaso y a la frustración.

Quién emprende debe tener claro que no siempre van a salir las cosas tal y como espera. Van a llegar dificultades y puede que también algún que otro fracaso. Pero esto no implica que haya que rendirse a las primeras de cambio. Simplemente hay que aceptar la situación tal y como viene y aprender de ella para que no se repita en el futuro.

HAY QUE SABER MEDIR EL RIESGO

El dicho popular señala que quien no arriesga no gana, y es totalmente cierto. Como decíamos antes, quien se pone al frente de un negocio debe vencer sus miedos y arriesgarse. Pero esto no significa que haya que lanzarse siempre a hacer ciertas cosas. El emprendedor debe saber medir el riesgo y valorar si le compensa afrontarlo o no.

Para poder hacerlo bien es imprescindible contar con buena información, conocerse bien a uno mismo y sus propias capacidades y también conocer el negocio. Al trabajar por cuenta propia no hay que dejarse llevar por la euforia, todas y cada una de las decisiones deben ser bien meditadas, y hay que planificar cada paso que se va a dar, evaluando los pros y los contras.

Fuente: Merca2