Ron Pálido Montero: la única destilería de ron a este lado del Atlántico

De aquellos buenos tiempos en los que la caña de azúcar reinaba en Motril sólo nos queda un tesoro: el Ron Pálido Montero. La única destilería de ron a este lado del Atlántico ha pasado de las manos expertas y la sabiduría de su fundador, Francisco Montero, a las de una joven y valiente empresaria que tienen a su tío abuelo como referente y maestro. ¿Lo que más impresiona de Andrea Martín Targa? Su firme voluntad de no traicionar los valores de una empresa cien por cien familiar y de una marca mítica: Ron Montero. Un producto que, como granadinos, nos debe hacer sentir orgullosos por su calidad y su artesanía. Ron Montero es genuino. Y su proceso de elaboración no ha perdido el romanticismo de las cosas hechas con el corazón.

-¿Por qué regalamos ron de otros países cuando tenemos el pálido de Motril?

-Por desconocimiento. Muchísima gente no sabe que la caña de azúcar nos la trajeron los árabes y Cristóbal Colón la llevó a América en su segundo viaje. También se desconoce el estilo de elaboración, tradicional y único de nuestra tierra. Conforme he ido conociendo en profundidad lo que se hace fuera ha crecido mi certeza de la magnífica calidad del Ron Montero.

-¿Lo caro nos atrae más?

-Cuando vemos un precio bajo, automáticamente pensamos que el producto no puede ser tan bueno como otro mucho más caro. Como estrategia de marketing, estoy convencida de que si subiese el precio del Ron Montero Gran Reserva y lo pusiera en una botella bonita, cuidando más su imagen, vendería muchísimo más y estaría mucho más reconocido, pero ¡no quiero hacerlo! Hay quien no lo entiende, pero para mí supone no ceder a las presiones del mercado ni perder la esperanza en que el consumidor sepa tomar sus propias decisiones, cada vez con más conocimiento .

-Es usted lo que se conoce como JASP -joven aunque sobradamente preparada-.

-Nací en Granada y viví en Salobreña hasta los 15 años, a esa edad me fui a Madrid a estudiar en el sistema británico. Me licencié en Ciencias Empresariales Internacionales entre ICADE (Madrid) y Northeastern University (Boston). Como parte del programa debíamos trabajar durante 6 meses a tiempo completo en cada uno de los países. Yo trabajé en L’Oréal en Madrid y en General Electric en Cleveland, OH.

-El mejor consejo que le ha dado Don Francisco Montero.

-No tener prisa por vender. Si sólo piensas a corto plazo, tomarás decisiones que te perjudiquen a largo plazo, como pueda ser bajar calidad por precio o gastar demasiado en cosas que no son importantes y después tendrás que repercutir esos costes en precio, sin añadir valor para el consumidor. Nuestros consumidores son extremadamente fieles y valoran muchísimo nuestra calidad y nuestro precio.

-Lo que más admira de su tío abuelo…

-Su paciencia y determinación.

-¿Siempre le atrajo la idea de dedicar su vida a Ron Montero?

-¡La verdad es que no formaba parte de mis planes! Desde pequeña he estado involucrada en los negocios familiares, pero Ron Montero no se lo compramos a mi tío abuelo hasta 2007, cuando me gradué en la universidad y mi padre me pidió que viniese a ayudarlo. La idea era coger más experiencia en distintas empresas primero, y después volver, pero así surgieron las cosas y nos adaptamos a ellas.

-¿Lo mejor de un negocio familiar?

-Disfrutar trabajando juntos por un proyecto que nos une aún más. Es fundamental que las responsabilidades estén bien definidas y que haya mucho respeto y confianza. Supongo que es una situación que te une o te separa y a nosotros, sin duda, nos une mucho.

-¿Y lo peor?

-No hay horarios y puede ser difícil desconectar. Como nos gusta, lo disfrutamos, pero supone pensar y hablar de la empresa desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

-Cuando camina por los pasillos de la Bodega, ¿qué siente?

-Orgullo y paz.

-A grandes rasgos todos conocemos la historia del ron pálido Montero ¿cómo la contaría usted?

-Ron Montero lo fundó Francisco Montero Martín, mi tío abuelo, en 1963. Él ya era la tercera generación en la industria de la caña de azúcar y siendo director de la destilería de la familia empezó a hacer ron para su consumo y el de sus amigos. Gustó mucho, así que montó la bodega y fue creciendo poquito a poco, pero nunca hizo campañas de publicidad ni tenía fuerza de ventas. Simplemente, hacía el mejor ron para su gusto y, poco a poco, se fue conociendo a través del boca a boca hasta llegar a los 240.000 litros que vendemos al año.

-Sugiéranos un fabuloso regalo de Navidad con sus productos.

-Hemos hecho una Edición Especial: un envase metálico que contiene dos botellas de 1 litro, donde incluimos un resumen de la historia de la caña de azúcar en Motril, junto a nuestro ron. Como novedad, también podemos hacer etiquetas personalizadas que suponen un regalo muy original.

-El ron también aporta un toque especial a determinadas comidas. ¿Un postre favorito a base de ron?

-¡Le da un toque especial a todo lo dulce! Nosotros rociamos la Torta Real de Motril y los Piononos… también hacemos en casa una tarta de chocolate con Ron Pálido Montero que está ¡exquisita!

-El mejor piropo que le han dicho al Ron Montero en su presencia.

-«Ron Montero, el mejor del mundo entero». Como anécdota, tengo un disfraz de botella de Ron Pálido Montero, de unos 2 metros de altura y un día un señor al verla se arrodilló, se persignó, y empezó a adorarla -risas-.

-Un sueño por el que trabajar.

-¡Que todo el que quiera disfrutar del Ron Montero pueda hacerlo! Una de mis mayores preocupaciones es la distribución, porque todavía hay mucha gente que le gustaría disfrutar del Ron Montero y no le resulta nada fácil encontrarlo.

-¿Qué significa Motril para usted?

-Es mi casa. No me canso del mar, de los atardeceres, de la comida, de nuestra historia… Contamos con un gran potencial desperdiciado pero tengo la esperanza de que, con mucho trabajo, consigamos aprovecharlo y recuperarlo. Mis amigos se meten conmigo porque por donde voy, hablo de mi tierra.

-¿Recuerda la primera vez que bebió un sorbito de ron? ¿A qué le supo?

-Mi padre me lo daba para que me mojase los labios desde pequeña, y ¡no me gustaba! Desde que trabajo en la Bodega he ido entendiendo su elaboración y desarrollando el olfato y gusto a través de catas, donde me explicaban lo que eran cada uno de los sabores y olores. Ahora es cuando realmente lo valoro y lo disfruto.

-¿Lo que más le atrae de este negocio?

-Continuar con un legado histórico y familiar, elaborando un ron de muchísima calidad accesible en precio para todo el mundo. Tenemos una historia milenaria de la caña de azúcar, y ahora que se ha cerrado la última azucarera, corremos el peligro de que esa historia se olvide. Sin embargo, el Ron Montero nos la recuerda y nos da oportunidad de transmitirla. Lo mismo ocurre con el estilo de elaboración, tradicional y único de nuestra tierra. Me apasiona la sencillez de poder disfrutar de algo elaborado con paciencia y mucho cariño.

-¿Azúcar -de caña- para combatir las malas rachas?

-Nosotros las malas rachas las combatimos con mucho trabajo, una gran sonrisa y, como no, una copa de Ron Montero.

-No vivo en Granada, ¿cómo puedo conseguir el ron pálido de Motril?

-Poco a poco se va encontrando en distintas licorerías y puntos del país, aunque sigue siendo difícil conseguirlo. Existen algunas páginas de venta on-line y también ofrecemos enviarlo a casa desde la Bodega, que es el sistema más cómodo. www.ronmontero.com.

-Están llevando a cabo visitas guiadas y gratuitas a la bodega, ¿qué tal la experiencia?

-¡Encantados! Nos da la oportunidad de compartir nuestra historia y método de elaboración, dando a oler la melaza, los alcoholes en sus distintas fases y las barricas de roble americano. El enoturismo está muy de moda, pero en toda Europa no hay otras bodegas de ron visitables. Cada vez tenemos más personas que quieren venir, tanto consumidores de la zona como personas que vienen expresamente a conocernos.

-¿Qué hay que hacer para visitar Ron Montero?

-Tenemos las puertas abiertas todos los martes y sábados, a las 12h. También pueden llamar a la bodega (tel 958 600 183) o escribirnos (visitas@ronmontero.com) y buscamos fecha y hora. En ninguno de los casos tiene ningún coste.

-Ron Pálido Montero y Ron Montero Gran Reserva, cada uno para una ocasión.

-Ambos están elaborados con la misma materia prima, alcoholes y envejecidos en barricas de roble americano con el mismo tratamiento. La diferencia es el tiempo de envejecimiento. Un ron más suave en el caso del Ron Montero Gran Reserva, ideal para tomarlo solo, y un ron con más fuerza en el caso del Ron Pálido Montero, perfecto para coctelería y combinados. No obstante, mi recomendación es probar y encontrar lo que a cada uno le guste más. Para mí no hay mejor o peor forma de tomarlo sino, simplemente, disfrutarlo.

-¿Los problemas del trabajo pueden quitarle el sueño?

-Hay épocas en que sí. Suelo saber desconectar y disfrutar, pero hay épocas más complicadas que requieren más de mí.

Fuente: Granada Hoy (12/12/2010)