Aromarketing: un aroma para cada negocio

De los cinco sentidos, el olfato ha sido siempre el gran olvidado, a pesar de que es capaz de evocar sensaciones mucho más fuertes que la vista o el oído. Pero eso ha empezado a cambiar. Y la primera empresa que ha apostado por el marketing olfativo, Aromarketing, opera en Granada desde junio del año pasado. El éxito logrado en este tiempo demuestra que la idea de vender olores es tan sencilla como acertada, porque son muchos los empresarios granadinos que han apostado por el olfato como el mejor modo de captar a sus clientes. A los contratos cerrados por Aromarketing a nivel nacional, con compañías como El Corte Inglés, Mango, Natur House o McDonald’s, se unen los firmados en la provincia en los últimos meses, que incluyen locales de ocio, tiendas de decoración o incluso escuelas infantiles.

Según explica Alfredo González, delegado comercial de la empresa en Granada, Aromarketing ya ha llevado olor a talco y Nenuco a una guardería de Cájar; bambú al ambiente del pub Gustav Klimt o aroma a uva a la céntrica cafetería Vía Colón, entre otros clientes. Uno de los últimos contratos ha sido la instalación de sus aparatos de difusión en la Escuela de Esquí de Sierra Nevada, “donde hemos elegido un olor a spa con efectos estimulantes para la mañana y melocotón con propiedades relajantes para la tarde, cuando los clientes lleguen de esquiar”, afirma González.

La compañía se encarga de analizar las necesidades del cliente y elaborar un aroma único que sirva de elemento corporativo e, incluso, mejore las ventas. “Nuestra intención es hacer que quien entre a un negocio se encuentre a gusto, relajado, de forma que permanezca más tiempo y consuma más, en el caso, por ejemplo, de locales de ocio”, asegura. Aromarketing lo consigue ofreciendo más de cuarenta olores distintos que van desde los más básicos hasta los más ‘chic’: palomitas de maíz, muffin de chocolate (ideal para cafeterías y pastelerías), bambú, tarta de manzana y canela, tierra húmeda o hierba fresca.

Cada uno está recomendado para un tipo de negocio, aunque también para oficinas donde el ‘jefe’ quiera aumentar la productividad y reducir la fatiga y el estrés de sus empleados. Los olores de Aromarketing se distribuyen en el ambiente a través de un sencillo sistema de difusión instalado por la propia empresa, que se encarga de su mantenimiento y revisión durante la duración del contrato. “El cliente sólo tiene que elegir el aroma y abonar una pequeña cantidad mensual”, asegura González. Un precio bajo por conseguir que nuestro negocio tenga su propio olor.

Fuente: La Opinión de Granada (05/05/2009)